"No tengo ninguna relación, nada de nada, está en casa para ayudarme, no hemos hablado del tema, somos muy británicos. Tampoco hay que tener relación seria, con una pareja llega un momento en el que la pasión desaparece", comentó hace menos de un mes Jorge Javier Vázquez, en unas declaraciones en las que también aseguraba que no había tenido sexo desde el ictus.

Se refería a Paco, quien fuera su novio durante diez años y con el que cortó apenas un año antes del terrible suceso, lo que hizo no solo que se reencontraran sino que volvieran a ser inseparables... pero con algunas diferencias.

Tras el ictus, Jorge Javier Vázquez ha cambiado su rutina y ahora se cuida más e intenta vivir con menos estrés. Es un hombre nuevo. Culpa de ello (o más bien, gracias a) también es de Paco, que se trasladó a vivir con él después de no separarse un instante de su lado en el hospital.

El periodista ya ha dicho por activa y por pasiva que no están juntos, que ahora son compañeros de piso y, en sus palabras, "familia", y que la relación que les une es de lo más sana.

Tanto es así que ambos se han escapado a Lanzarote. Así lo ha revelado el propio presentador de Supervivientes en el blog que tiene en la revista Lecturas, así como algunas anécdotas y curiosidades de su viaje de (buenos ex) novios.

Por ejemplo, que Paco se ha negado toda su vida a ir a la isla canaria porque, casualidades de la vida, de allí era la anterior expareja de Jorge Javier Vázquez, lo que no le hacía ninguna gracia. Pero ahora, con la nueva situación, ha transigido y está encantado.

"Como mi único ex es de aquí, pues no le daba la gana; las cabezas, que son muy traicioneras. Yo le hablaba de la isla y él cambiaba de tema. '¿Lanza-qué?', decía", comenta un Jorge Javier que empieza a disfrutar del verano.

"Y llegados a este punto yo ya sabía que por mucho que me empeñara no iba a conseguir que me acompañara. Curiosamente, ahora que no somos novios, aquí estamos los dos juntos", puntualiza.

El presentador de Telecinco se permite el lujo de contar intimidades graciosas, como la que ocurre con su madre, que sigue sin comprender muy bien cómo funcionan ciertas relaciones modernas.

"Inciso: recién operado, estaba mi madre en casa sentada a mi lado en el sofá y le dice a Paco: 'Ven, ponte aquí al lado de tu… Bueno, de lo que seáis'", rememora.

A Jorge Javier no puede estar ilusionándole más que tanto él como Paco  estén "disfrutando de la magia de la isla". "A mí, no solo no me ha decepcionado –tendemos a mitificar aquellos sitios en los que hemos sido felices–, sino que me está enamorando todavía más", escribe recogiendo el testigo de  Sabina ("al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver") o Sábato ("Siempre es levemente siniestro volver a los lugares que han sido testigos de un instante de perfección").

Para él, una de sus mayores ilusiones es ver cómo su exnovio descubre todo lo que hasta ahora se había perdido: "Y Paco no deja de sorprenderse con sus cautivadores paisajes, la espectacular belleza de sus pueblos, la imponente presencia de esas montañas tan especiales".

"Me pasaba en su época y me sigue pasando ahora: aterrizo en Lanzarote y es como si la isla fuera capaz de absorber toda la ansiedad que traes de la península y reciclarla en cosas bonitas", remata antes del punto final.