El Espacio Fundación Telefónica reúne las 'vidas creativas' de William Klein

  • Es una de las exposiciones estrella de la edición 2019 del festival PHotoEspaña.
  • Reúne 200 piezas del neoyorquino entre pinturas, fotografías, películas, maquetas y prototipos.
  • Se trata de su primera retrospectiva en España y puede visitarse hasta el 22 de septiembre.
  • FOTOGALERÍA: William Klein, la cámara que revolucionó el siglo XX.
Reúne 200 piezas del artista neoyorquino entre pinturas, fotografías, películas, maquetas y prototipos.Bikini, Moscova river’s beach, Moscow 1959. © William Klein
Reúne 200 piezas del artista neoyorquino entre pinturas, fotografías, películas, maquetas y prototipos.Bikini, Moscova river’s beach, Moscow 1959. © William Klein
WILLIAM KLEIN
Reúne 200 piezas del artista neoyorquino entre pinturas, fotografías, películas, maquetas y prototipos.Bikini, Moscova river’s beach, Moscow 1959. © William Klein

A sus 91 años y todavía con la energía suficiente como para haberse acercado a España para inaugurar su primera gran retrospectiva, William Klein (Nueva York, 1928) es historia viva de la fotografía. Un maestro del género que llegó a lo más alto desafiando los cánones establecidos, atreviéndose a hacer lo que para otros era tabú - negativos sobreexpuestos, fotos fuera de foco y borrosas...- buscando la inspiración en la calle y retratando la cruda realidad. "El verdadero fotógrafo tiene ojo, cerebro e intención", diría en una ocasión sobre su necesidad de ir más allá.

Quizás porque su faceta fotográfica eclipsó muchas otras disciplinas artísticas a las que se ha dedicado, pocos saben que con poco más de 14 años entró en la universidad para estudiar sociología y que con apenas 20 viajó hasta París para ingresar en la Sorbona y hacer Historia del Arte. Allí se convertiría en pupilo del mismísimo Fernand Léger, quien insistía a sus alumnos en que las galerías y los talleres estaban obsoletos y que debían salir a trabajar a las calles. Su consejo calaría muy hondo en el joven Klein.

Se iniciaría en el mundo artístico creando murales abstractos, y fotografiando estas pinturas para documentarlas, fue como comenzaría a experimentar con la cámara y reinventar el género. Hasta que apareció en su vida el pintor y director de la revista Vogue, Alexander Liberman, y le tentó con la idea de volver a Nueva York e iniciar un diario fotográfico sobre la gran urbe. Lo demás ya es historia.

El Espacio Fundación Telefónica de Madrid ofrece estos días -y hasta el 22 de septiembre- la oportunidad de sumergirse en todas las "vidas creativas" del neoyorquino. Bajo el título William Klein. Manifiesto e incluida dentro de la sección oficial del festival PHotoEspaña, acoge una exposición que explora de forma concienzuda todas las facetas de su obra: fotográfica pero también pictórica, gráfica y cinematográfica.

Cerca de doscientas piezas - entre pinturas, fotografías, documentos, películas, maquetas y prototipos- que nos descubren un artista total más allá de las imágenes que le han hecho mundialmente famoso. De esta manera podemos contemplar las obras de sus inicios, donde reina las abstracciones fotográficas realizadas en el cuarto oscuro para pasar, a continuación, a su alegato de las calles de Nueva York que darían pie a su obra magna: el libro Life is Good & Good for you in New York: Trance Witness Revels, publicado en 1956. Además de la serie dedicada a su ciudad natal, realizada entre 1954 y 1955, Klein capturó los secretos y atractivos de otras urbes como Roma (1956), Moscú (1959-61) y Tokio (1961).

Al mismo tiempo, iniciaría de la mano de Alexander Liberman una relación de amor-odio con el mundo de la moda. Al artista no le interesaba demasiado pero vio en esta oferta el camino para conseguir un buen sueldo y sufragar los gastos de sus proyectos más personales. Fue así como decidió sacar las modelos a la calle, donde las fotografiaba mezclándolas con el bullicio, utilizando teleobjetivos o introduciendo espejos. Tras varios meses de espera, el director artístico de Vogue quedó impactado. Ningún otro fotógrafo, salvo Richard Avedon, logró producir tanta fascinación con sus editoriales como Klein.

La fotografía de moda fue también el camino que acercó al neoyorquino al cine. Como director llegó a realizar 21 películas, entre cortometrajes, mediometrajes y largos y cerca de 250 anuncios publicitarios. Entre todos ellos, el Espacio Fundación Telefónica exhibe ¿Quién es usted, Polly Maggoo? (1966), una sátira visionaria del mundo de la moda.

Por último, la muestra recoge también sus "contactos pintados", un trabajo realizado en su estudio y donde la fotografía se encuentra con la pintura, ya que el artista dibuja sus instantáneas con pinceles de gran tamaño. Los que se presentan en la exposición son originales aunque están ampliados.

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