Lanzan una campaña para que la RAE cambie su definición de vejez

  • La Universidad Permanente de Cantabria (Unate) es quien ha amparado la campaña.
  • Unate afirma que la actual definición está "cargada de menosprecio y prejuicios".
Un anciano apoyado en su bastón.
Un anciano apoyado en su bastón.
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Un anciano apoyado en su bastón.

La Universidad Permanente de Cantabria (Unate) ha abierto una campaña de recogida de firmas para pedir a la Real Academia Española (RAE) que cambie la definición de vejez de su diccionario, a su juicio "cargada de menosprecio y prejuicios", como una forma de llamar la atención sobre el maltrato a los mayores.

"El maltrato comienza con las palabras" es el lema de esta campaña, que Unate ha puesto en marcha en sus centros y a través de change.org coincidiendo con el Día Mundial de la Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato a la Vejez, que se celebra este sábado, 15 de junio.

"Edad senil, senectud. Achaques, manías, actitudes propias de la edad de los viejos. Dicho o narración de algo muy sabido y vulgar" son las definiciones de vejez que recoge el diccionario y que, según el coordinador de Unate, Francisco Gómez, muestran cómo está construido el imaginario colectivo. "Es más fácil maltratar a alguien con achaques, manías y que está fatal", ha afeado Gómez, que ha calculado la media edad de los 46 académicos de la lengua y el resultado que ha salido es de 77 años.

La campaña finalizará el 15 de julio y, para reforzarla, Unate va a pedir la colaboración de las redes internacionales de las que forma parte: la Confederación Española de Organizaciones de Mayores (CEOMA) y la Federación Iberoamericana de Asociaciones de Personas Adultas Mayores (FIAPAM).

Unate reclama políticas públicas que favorezcan la promoción de los derechos de estas personas la prevención, detección y denuncia de los casos de abuso y maltrato que "hoy permanecen invisibles".

Y es que, según Paco Gómez, el maltrato y el abuso a los mayores es una realidad que se encuentra "en una zona de sombra", detrás de las puertas de las casas y en las residencias, y que es necesario sacar a la luz, como está ocurriendo ya con la violencia de género.

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