Según la información facilitada por el Consejo de Seguridad Nuclear, esa inspección ha confirmado que el suceso que originó la contaminación se produjo durante las operaciones de limpieza en el edificio de combustible, que se realizaron durante la última recarga de la Unidad I, el pasado 26 de noviembre.
Aquel día se recogieron con una aspiradora los restos de agua y lodos del canal de transferencia que no habían extraídos por la bomba de vaciado, y lo que se recogió -unos 50 litros- se vertieron en la piscina de combustible gastado en una zona próxima a las rejillas de aspiración de la ventilación, contaminando así el sistema de ventilación de este edificio, ha aclarado el CSN.
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