Si por algo se caracteriza Risto Mejide es por no ser políticamente correcto y decir las cosas que piensa le pese a quien le pese, una cualidad que en televisión llama la atención. Así ha sido con el último caso en el que el presentador ha creado ampollas.

Hace unos días en su programa de Cuatro, Todo es mentira, se emitía un reportaje llamado Las cloacas del periodismo, en el que se pretendía denunciar las corruptelas y malas prácticas que ejercen algunos medios de comunicación y sectores del periodismo, así como su relación con personajes como el comisario Villarejo.

Risto Mejide esperaba al parecer una gran repercusión con este trabajo, que sí generó una buena audiencia con un 6,8% de cuota de pantalla y 1.103.000 espectadores, pero no consiguió que tuviera un gran eco mediático. Ni siquiera en su propio grupo de comunicación, que engloba a cadenas como Telecinco y Cuatro.

Así que este miércoles, tras hablar con una de las periodistas que aparecía en el informe, Mejide lanzaba un mensaje crítico: "Esto va para mis compañeros de cadena. Me parece una vergüenza, a mí, a Risto Mejide, que 48 horas después del informe TEM, después de que haya sido, como se ha visto, acosado por los compañeros de Eduardo Inda, insultado o como queráis llamarlo, ahora lo veremos, por Alfonso Rojo, y sobre todo, se me haya mentido, se me haya difamado de esa manera... Ni una sola voz de Mediaset, ni una sola voz, ni una, nos haya mostrado el más mínimo apoyo. Estamos solos en esto. Esto va para todos".

Y por si no habían quedado dudas, al despedir el programa se hizo la habitual conexión con Carme Chaparro, presentadora del programa informativo Cuatro al día, que explicó los temas que tratarían en su programa a continuación, casi todos políticos.

"Y yo que tenía la esperanza de que fuéramos al informe TEM...", decía irónico Mejide, algo que Chaparro se tomó con buen humor.

El publicista no ha dudado nunca en enfrentarse a sus propios jefes cuando ha encontrado una causa de desacuerdo. Mejide fichó en 2015 por Atresmedia, después de un tenso desencuentro con Mediaset a causa de su sueldo, que se resolvió cuando el presentador regresó a ese grupo apenas un año después, firmando un contrato de larga duración.