Hasta ahora se conocía que las conversaciones entre el Gobierno y la banda terrorista ETA no habían acabado tras el atentado de la T-4, como confirmó el propio presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.

Lo que se ignoraba era el ofrecimiento que había hecho el Ejecutivo a los terroristas y que se basaba, fundamentalmente, en la creación de un órgano conjunto para vascos y navarros que dispusiera de los poderes ejecutivo y legislativo, según publica el diario El Mundo.

Además de esta comisión, que estaría formada por el mismo número de parlamentarios de las cámaras vasca y navarra, también ofrecía una reforma de los estatutos de ambas comunidades autónomas.

Todo ello tendría que haber sido propuesto a las instituciones vascas y navarras y ambos parlamentos tendrían que haberlo ratificado antes de que fuera sometido a referéndum en las dos comunidades y ratificado nuevamente, aunque no discutido, en las Cortes Generales.

Pese a los esfuerzos, ETA rechazó esta propuesta definitivamente a principios de mayo y aseguró que el Gobierno había apostado "por prolongar el conflicto".