"El río Besòs no puede ser una frontera. Su entorno debe recuperarse, de manera que se cree una ciudad compacta, con un comercio que cohesione." Maria Costa, gerente de la Agrupació de Comerciants i Industrials de Santa Coloma, apostó por un modelo comercial en el que no sea necesario coger el coche para comprar.

Ello es un trabajo en el que se debe implicar la Administración, sobre todo, en barrios de inmigrantes, para que desarrolle un "comercio de calidad y de excelencia". El alcalde de Barcelona defendió el modelo de proximidad en el que se viva, se trabaje y se compre, compatible "con los ejes básicos".

También abogó por los mercados municipales como base para fortalecer la actividad del barrio. Badalona y Sant Adrià coincidieron en que las nuevas zonas comerciales sean "plazas vivas"; ello supone limitar la apertura de entidades que cierran los sábados y restan vitalidad.

Santa Coloma abogó los mercados que incluyen otros servicios, como bibliotecas. Sant Adrià ve necesario ser "estrictos en la regulación de la competencia desleal y la venta ambulante".

La Mina

La presidenta de la Plataforma d´Entitats i Veïns de la Mina, Carmen Galindo, puso el acento sobre el retraso que sufre la zona en la transformación social: "Deja mucho que desear: para los vecinos faltan colegios y servicios. Urbanísticamente creo que el cambio es grandísimo, pero los grandes problemas no acaban de solucionarse. Lucho por la limpieza, por que los niños vayan al colegio", expuso ante los alcaldes, a quienes les pidió que las ordenanzas que impulsan se acaben cumpliendo.

Conexiones naturales

"Todos hablan del bienestar, de la construcción de centros, pero también las conexiones naturales son importantes. Y aquí, la única que tenemos es el Besòs", planteó el portavoz de Ecologistes en Acció, Quim Pérez , quien pidió a entidades, ayuntamientos y a la Agència Catalana de l´Aigua implicación en un proyecto europeo de deltas mediterráneos "para conseguir la recarga de los acuíferos para aprovecharlos en períodos de extrema sequía". Jordi Serra y Bartomeu Muñoz creen que es una idea que debe "evaluarse".

La presidenta de la Associació de Veïns del Bon Pastor, Paquita Delgado, también reconoció que "se nota" la transformación urbanística, pero insistió en la preservación del tejido industrial con más tradición. Advirtió de la intención de "recalificar el suelo industrial para construir viviendas" y se preguntó: "¿Van a mantener consultas con los vecinos?", con la intención de que "no se carguen el polígono industrial".

"No expulsaremos las industrias, pero deberán adaptarse al entorno", atajó. Para Sant Adrià, las industrias son un "chollo" al que no piensan renunciar, si bien, pretenden encajarlas con viviendas que proporcionen plusvalías para "derrumbar las barrera físicas". ¿Qué empresas? Las que tengan un uso intensivo de mano de obra.

Polígono del Bon Pastor

Los empresarios del polígono industrial del Bon Pastor se hallan "preocupados, desmoralizados y angustiados" por saber qué decisión toma el Ajuntament sobre su futuro. "Hemos visto algún documento, pero no sabemos hacia dónde vamos y qué decisiones debemos tomar en consecuencia", exhortó Joan García, representante de la asociación que los agrupa.

Hereu garantizó "diálogo" y les pidió calma:"Entiendo que haya intranquilidad. Estas industrias están muy consolidadas. Los cambios vendrán por propia voluntad, aunque pondremos reglas del juego para aquellos que quieran cambiar. El urbanismo democrático no se hace en dos días".