Era la operación más importante de los últimos 25 años en la red de suministro de agua de Bilbao. Pero, finalmente, las obras de conexión de una de las principales tuberías de suministro de agua de la ciudad se llevó a cabo sin que la mayoría de los ciudadanos sintieran en sus grifos la bajada de presión que se había anunciado para 18 horas.

Con una excepción. Alrededor de 150 viviendas de Rekalde, el barrio en el que se procedió a conectar las nuevas conducciones, se quedaron sin agua durante algunos momentos del día.

Los residentes afectados, de las calles Tolosa, La Paz y Mendipe, se percataron de la falta de agua a eso de las 8.45 horas de la mañana, una hora y cuarto antes de que, según lo previsto, comenzara la bajada de presión en los grifos de dos terceras partes de la ciudad, donde viven unos 200.000 bilbaínos.

Según explicó el concejal de Obras y Servicios, José Luis Sabas, entre las 7.00 y las 9.00 h se llevó a cabo la conexión de una tubería provisional para el abastecimiento. A raíz de ello, los vecinos de Rekalde se quedaron sin agua. "Esas dos horas han sido las más críticas", explicó en el lugar de los trabajos.

Aunque, hubo otro momento crítico. Según lo previsto, entre las 2.00 y las 4.00 h de la pasada madrugada. Hasta el cierre de esta edición, a la medianoche, no se produjeron más problemas.

En el resto de Bilbao, la bajada de presión no tuvo mayor incidencia y ni los pisos más altos, los más expuestos a la falta de agua, tuvieron problemas de suministro.

De finalizar con éxito la obra, se habrá renovado la red principal de abastecimiento que lleva el agua del depósito de Elejabarri a Rekalde, Indautxu, Abando, Deusto o el Casco Viejo.

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