Aunque los matrimonios ya no son para toda la vida, el vestido de novia es una pieza importante para todas las mujeres, pero que al final termina muerto de risa en el armario. Por esta razón, los diseñadores han realizado atrevidos diseños nupciales que se pueden reconvertir en trajes de cóctel, bañadores e incluso bolsos y colchas de cama, pero sin dejar a un lado el glamour.
El resultado: vestidos espectaculares y llenos de creatividad sin renunciar por ello al cuidado ecológico.
Ya no se trata sólo de producir, consumir, tirar y, en definitiva, de contaminar. Ahora los trajes de novia se pueden volver a reutilizar.
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