En las jornadas de formación se ha reflexionado sobre la existencia de un cierto nexo entre las comunidades cristianas y las digitales que están surgiendo en la actualidad.

"Salvando las diferencias, en ambas hay un deseo de relación personal, de búsqueda de un camino para la superación de problemas y del ansia por compartir bienes y experiencias", han considerado.

Asimismo, también han constatado la "rapidez y fugacidad" de los cambios suscitados por la comunicación digital que afectan "radicalmente" al modo de trabajar, de relacionarse las personas, de construir la propia personalidad y de vivir en el mundo.

Y, por otro lado, también han hablado sobre "los fines legítimos que están detrás de los medios de comunicación, los beneficios necesarios y la influencia en la sociedad". "Pedimos que respeten la verdad, la dignidad humana y el bien común, señalando caminos de desarrollo integral", han aseverado.

Con todo, proponen asumir una comunicación propositiva "que no solo sale al paso de los problemas del día, sino que es capaz de crear un nuevo entorno de comunicación en el que el mensaje cristiano sea la referencia".

Además, consideran "urgente" incorporar un nuevo lenguaje, "inequívocamente digital", expresión de una nueva cultura que obliga a crear contenidos en nuevos formatos.