El relevo de Pablo Echenique por Alberto Rodríguez como Secretario de Organización ha sido el último de Podemos, donde los miembros de la dirección han ido cambiando uno por uno desde su fundación en 2014. Luis Alegre, Carolina Bescansa, Juan Carlos Monedero, Íñigo Errejón... De aquella foto de la primera asamblea ciudadana, conocida como Vistalegre I, donde los fundadores posaban felices y abrazados, sólo queda Pablo Iglesias.

Este sábado, Podemos celebrará un Consejo Ciudadano en el que analizará la debacle electoral del 26 de mayo y tendrá que indicar el rumbo que seguirá la dirección en esta nueva etapa para el partido.

Monedero fue uno de los ideólogos que contribuyó al nacimiento de Podemos y, aunque participa a día de hoy con el partido, fue uno de los primeros en salir de la dirección. Semanas antes de las elecciones municipales y autonómicas de 2015, de las que él era responsable, dejó la ejecutiva tras las críticas por la deriva del partido y después de que saliera a la luz que había recibido más de 400.000 euros del régimen de Venezuela por labores de asesoría.

Tampoco han tenido suerte los encargados de la secretaría de Organización, hasta este martes controlada por Pablo Echenique. Antes de él, fue Sergio Pascual quien se puso al frente de esta cartera desde la fundación de Podemos. Las disputas internas con la cúpula provocaron su cese en 2016 dejando paso al argentino. Éste, que en los orígenes era uno de los referentes del sector crítico, se convirtió en uno de los hombres fuertes de Iglesias y tras Vistalegre II le hizo un hueco en la dirección de Podemos. Ahora, será el diputado canario Alberto Rodríguez el número 3 del partido.

Tanto Luis Alegre como Tania González hicieron efectivo su distanciamiento con la dirección en Vistalegre II, pero su peso dentro del partido se había visto menguado hasta el punto de que, en el caso de Alegre, su afinidad con Iglesias se disolvió hasta concurrir en la lista de Errejón para liderar el partido en la segunda asamblea ciudadana. Alegre, uno de los protagonistas de la foto de los cinco de Podemos de 2014, fue sustituido en 2016 como secretario general de la formación morada en la Comunidad de Madrid por Ramón Espinar.

Éste, pese a no formar parte de la dirección, ha sido una voz de peso en el partido, ocupando la portavocía del grupo en el Senado y en la Asamblea de Madrid hasta su dimisión en enero de este mismo año, tras la salida de Errejón. Si bien era el nombre que sonaba para encabezar la lista de la Comunidad en las Autonómicas, dejó su cargo alegando que "en la situación actual, no se dan las condiciones para llevar el proyecto de Podemos en Madrid hacia donde creo que debe dirigirse".

Sustituido ahora por Isabel Serra, Espinar es una de las voces críticas con la dirección que esta misma semana se ha levantado para pedir la celebración de un Vistalegre III que dé paso a un cambio de liderazgo y ponga fin al tándem Iglesias-Montero.

Una de las bajas más relevantes fue la de Carolina Bescansa. También fundadora y encargada de la secretaría de Análisis Político y Social de Podemos, anunció su baja de la dirección en una carta conjunta con el secretario de Economía, Nacho Álvarez, en febrero de 2017. Criticaban en la misiva el enfrentamiento entre los dos líderes del partido: Pablo Iglesias e Íñigo Errejón, que dificultaba, a su juicio, los debates en Podemos a la vez que provocaban "una maraña de ruido".

Si bien Álvarez ha seguido participando en la Ejecutiva como miembro invitado, después de abandonar la dirección la socióloga protagonizó uno de los grandes escándalos internos. La filtración de un borrador en el que perfilaba junto a Íñigo Errejón la manera de derrocar a Iglesias del poder, unido a las críticas a la operación diálogo con los independentistas y la posterior derrota en las primarias de Podemos en Galicia fue un cóctel imposible de digerir y concluyó con el divorcio político y personal con la formación morada.

La crisis de la que se llevaba tiempo hablando se agrandó con la "traición" del último fundador en liza. La historia de íñigo Errejón fue posiblemente la más traumática. Hombre fuerte de Iglesias desde antes incluso de que existiera Podemos, Errejón, director de la primera campaña electoral del partido y secretario político de la formación, ocupó la portavocía del grupo en el Congreso de los Diputados hasta que empezó a discrepar con el líder de Podemos sobre el futuro del partido.

Estas discrepancias le hicieron enfrentarse a Pablo Iglesias en Vistalegre II, donde su derrota se tradujo en una merma de poder, así como del sector errejonista. Tras esta segunda asamblea ciudadana, Errejón perdió la secretaría política, que desapareció, y empezó a trabajar en la de Análisis Estrategio que anteriormente dirigía su compañera Bescansa. Además, desde entonces, pasó de sentarse al lado de Iglesias en el Congreso a hacerlo en la fila de atrás, ya que también fue relevado de la portavocía del grupo parlamentario, que ocupa hasta día de hoy Irene Montero, pareja política y sentimental de Iglesias.

A diferencia de los anteriores, la trayectoria de Montero ha ido en ascenso hasta convertirse en la sustituta de Iglesias durante su permiso de paternidad. Es ella quien anunció meses atrás que se acercaba el momento del relevo en el liderazgo de Iglesias y que sería una mujer quien ocupará el cargo. A pesar de que sus palabras pudieron dar a entender que sería ella quien posiblemente asumiera las riendas del partido en un plazo no muy lejano, las voces críticas que piden el fin del tándem Iglesias-Montero podrían imposibilitarlo. El Consejo Ciudadano de este sábado será quien ponga algo de luz a este respecto.