Dos polizones llegan a Santurtzi tras surcar cuatro mares y navegar 6.000 kilómetros

  • Los jóvenes magrebíes volverán a Marruecos tras declinar pedir asilo.
  • Han sufrido averías en alta mar, intentos de fuga...
  • "Es extraño: nadie hace todo esto para volver a su país", dice un abogado.
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Ésta es la historia de dos jóvenes polizones, que embarcaron el Marruecos en un barco con bandera de Malta. Que navegaron a lo largo de 6.000 kilómetros por el océano Atlántico y por el mar Cantábrico, del Norte y de Noruega. Que el pasado 31 de marzo llegaron al Puerto de Santurtzi. Que sufrieron averías en alta mar e intentaron fugarse. Y que ahora quieren volver a África.

Su odisea comienza el pasado 8 de marzo. Los polizones se colaron clandestinamente en las bodegas del Wilson Mar, un buque con bandera maltesa con destino a la localidad noruega de Heröya. Horas después de zarpar, la tripulación les descubre, y quedan bajo el mando del capitán.

En alta mar, la maquinaria del barco sufre una avería, y tiene que recalar en el puerto de La Coruña el 16 de marzo. Allí los polizones tratan de escapar, pero son sorprendidos y devueltos al barco. La Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) denuncia que se violaron sus derechos, pues en Galicia no recibieron asistencia médica ni letrada.

El Wilson Mar vuelve a levar anclas y llega hasta Noruega. Ya de vuelta, hace una escala en Amberes (Bélgica), y el pasado 31 de marzo el buque atraca en el puerto de Santurtzi.

En Euskadi, la Cruz Roja certifica que su estado de salud es bueno. Reciben asistencia letrada y uno de los jóvenes, pide iniciar los trámites de asilo. Sin embargo, ayer jueves se retractó. Ambos jóvenes anunciaron su intención de volver a Marruecos en el buque.

Fuentes oficiales creen que el joven habría renunciado por miedo a una negativa. La negación suele llevar aparejada una orden de confinamiento durante 40 días, y su posterior expulsión al país. Sin embargo, CEAR ha manifestado su extrañeza.

"Es raro que los jóvenes quieran volver, porque podrían ir incluso a la cárcel, ya que los polizones no están bien vistos en Marruecos", explica el abogado de CEAR en Euskadi, Javier Galpasoro, en declaraciones al periódico El Correo.

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