Para hacer más fuerza, Hoya de Huesca y Somontano trabajarán en mejorar la calidad, colaborar con otros sectores económicos y las administraciones así como promocionar el olivo también como patrimonio cultural y natural del territorio e incrementar su presencia en los mercados.
El envejecimiento de la población, las dificultades de mecanización o el frío y las heladas complican la producción tanto tradicional como intensiva. Y es que en determinados lugares del pirineo es complicado introducir máquinas que puedan jugar un papel importante en la recogida; pero también las bajas temperaturas o la nieve y el hielo que afectan a los olivares de mayor altitud merman la producción.
Esta asociación intentará, además, conservar y poner en valor las cerca de 20 variedades de olivo que existen en estas dos comarcas y que se van perdiendo con las plantaciones intensivas.
Entre la Hoya de Huesca y el Somontano suman más de 5.000 hectáreas de olivar que producen 3.200 kilos de olivas y una media anual de un millón de litros de aceite. Del total, un 25% se destina a autoconsumo y el resto, principalmente, se distribuye por la provincia de Huesca.
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