Todo un Teatro Real de Madrid que ha colgado el cartel de 'No quedan entradas'. Acaba de ser padre por segunda vez. Y este miércoles cumple nada más y nada menos que 40 años. Desde luego, si algún guionista quisiera escribir el biopic de David Bisbal, pocos momentos mejores que este podría desear para comenzar su relato...

... y hacer un flashback para repasar la trayectoria vital y artística de uno de los cantantes más internacionales e importantes de la escena musical española desde el año 2001.

Porque aquel año comenzaba su andadura profesional entrando en la primera edición del aún desconocido talent show que le cambiaría la vida: Operación Triunfo, donde compartió escenario y vida con Bustamente, Gisela, Rosa López, Chenoa...

Con la también triunfita, como les llamaban despectivamente entonces ciertos sectores antes de labrarse una carrera,  estuvo saliendo hasta 2005. En ese tiempo, el almeriense se convertiría en un ídolo mundial y con varias señas de identidad propia: su melena rizada y rubia, sus giros sobre el escenario, su patada voladora...

En 2002, David Bisbal publica Corazón latino, un debut por todo lo alto, con la canción homónima (casi representante española en Eurovisión) por bandera, pero con otros tantos hits como Lloraré las penas o Ave María.

Viento en popa, el cantante recibe sus primera nominaciones a los Grammy Latinos y es uno de los discos más vendidos del año (fue disco de diamante), lo que provoca que en su siguiente trabajo no baje el pie  del acelerador y vuelva a trabajar con el productor Kike Santander.

Bulería, publicado en 2004, volvía a ser un éxito total con canciones como la propia Bulería u Oye el boom. En la gira latinoamericana iba a provocar uno de los momentos más míticos y reproducidos por la generación millennial.

En mitad de una rueda de prensa promocional en Caracas, el almeriense soltó una bomba que no se esperaba nadie, absolutamente nadie, ni la implicada. Porque Bisbal anunciaba que estaba sin pareja, soltero.

Y Chenoa, su, en teoría, novia, que estaba viendo las noticias, se enteró así, de repente, por la prensa, y en chándal, desmaquillada, llorando las penas y a mares salió a pedirle a los medios un poco de respeto y que no la persiguiesen.

Dicho y hecho. Chenoa intentó desaparecer y centrarse en su música y Bisbal en todo un superventas internacional. 2006 fue, además un año especial para él: publicó Premonición, donde se acercaba a un género aún denostado, el reguetón, colaborando con Wisin & Yandel en el tema Torre de Babel, y con canciones como Silencio o Quién me iba a decir.

Aquel mismo año Elena Tablada ocupaba su vacío corazón y comenzaban una relación sentimental que les llevaría al nacimiento de su hija Ella en 2010. Antes, en 2008, certificaba su meteórico ascenso en la industria musical con una colaboración con Rihanna, Hate that I love you.

Sin embargo, en 2009 comenzaría una etapa bastante difícil, a excepción del nacimiento de Ella. Para empezar, fue víctima de una extorsión. Fueron cuatro los detenidos por infiltrarse en el mail del cantante y amenazarle con difundir material de su nuevo disco y, a pesar de su tristeza, tuvo que dejar claro que no se trataba de una extorisón de carácter sexual pues no había desnudos en su correo.

Bisbal se recuperó, retiró la demanda y hasta aseguró abiertamente que consumía pornografía en los hoteles en los que se hospedaba. Publica Sin mirar atrás y ese mismo 2009 colabora con Miley Cyrus en la banda sonora de su película La última canción.

Tras el nacimiento de su hija, sin tomarse un permiso paterno y apenas un año después, mientras prepara un disco en directo en el Teatro Real y su concierto en Royal Albert Hall de 2012, rompe con Elena Tablada y en pocos meses ya comenzaban las primeras disputas legales entre ellos.

En estos años, Bisbal se toma un respiro: hace de coach en La Voz, aparece en varias telenovelas sudamericanas prestando su voz e intenta vivir tranquilo. Eso sí, su relación con la ex Miss Universo Zuleyka Rivera apenas dura un año y sus continuos tropiezos en redes sociales (recibió muchísimas críticas por decir, en plena Primavera Árabe de Egipto, levantado el pueblo contra Mubarak, "nunca se han visto las pirámides de Egipto tan poco transitadas, ojalá que pronto se acabe la revuelta").

En 2014, tras este parón, reaparece con el disco Tú y yo, que va acompañdo de un mediometraje dirigido por Kike Maíllo y protagonizado por él junto a la actriz María Valverde. Pero aún le queda un sobresalto más:

En 2015, David Bisbal es mencionado dentro de una causa penal contra una red de prostitución en Argentina. Aquello, que le dejó realmente indignado y que acabó en nada después de que hablara la bailarina que presuntamente le había involucrado, asegurando que las iniciales que dio se referían a un político y no al artista alemeriense.

Pero a partir de 2016 toda su vida cambiaría drásticamente. Y a mejor. Encuentra a la mujer de su vida en la actriz venezolana Rosanna Zanetti, con quien comienza una relación.

Participa en el esperadísimo OT. El reencuentro, que consigue el abrazo reconciliador entre Chenoa y Bisbal (y luego en el concierto, cantando su mítica canción Escondidos, la famosa cobra que tanto dio que hablar sobre si la hubo o no). Un intento de extorsión ya no le hace mella.

Tras publicar su último disco hasta la fecha, Hijos del mar, y tras varios compromisos como giras o ponerle voz a la secuela de Tadeo Jones, Bisbal anuncia su boda con Zanetti, que realizan en secreto.

Inicia entonces su guerra contra Elena Tablada, a la que demanda y que se comienza a librar en los juzgados. El almeriense no desea que la modelo y empresaria muestre fotografías de su hija Ella en redes sociales.

Este año, con un Bisbal pletórico, nuevamente padre, junto a Zanetti, de un hijo, Matteo, llega la resolución del juicio, que divide responsabilidades y da la razón y la quita de forma salomónica.

Y llegamos hasta el presente , con el cantante cumpliendo 40 años, trabajando en televisión mientras prepara nuevas canciones y celebrando su aniversario rodeado de los que más quiere.