Los usuarios de la línea 34, que cubre el Barranco del Abogado, viven situaciones esperpénticas. Según denuncia la edil del PSOE, Ana Muñoz, «algunos se ven obligados a bajarse del autobús» porque el vehículo - con capacidad para unas 20 personas- no puede subir la pendiente (de un 15%) con el peso de todos los viajeros.

«Han puesto microbuses nuevos pero otros son muy viejos o tienen muchos kilómetros y no tiran», añade el presidente de la asociación de vecinos, Eloy Barros, que reclama al Consistorio una solución, así como "que aumente la frecuencia de la línea", la más utilizada por los vecinos (unos 3.000) "porque pasa cada hora".

Mientras llega, algunos «se bajan a mitad de la cuesta y se vuelven a subir cuando el autobús coge la suficiente carrerilla como para continuar con todos». Otros, molestos, terminan el viaje a pie.

El grupo municipal socialista denuncia la "lamentable imagen" que se da a los turistas de la ciudad, que frecuentemente cogen la línea 34 para subir al Sacromonte o para ver la Alhambra.