Ambos jugadores están siendo investigados como posibles responsables de los delitos de pertenencia a grupo criminal, corrupción en el deporte y estafa, y el juez les impone la obligación de comunicar cualquier posible cambio de domicilio.

En declaraciones a los medios de comunicación a su salida de la prisión de Zuera, Carlos Aranda ha reconocido que son unos momentos duros, sobre todo "por la familia", y ha asegurado que quienes han entrado en prisión, en la que han ingresado el mismo y Raúl Bravo este jueves, son "los que menos culpa" tienen.

En este contexto, ha agradecido el trato "a la gente de la cárcel y a la gente de Zaragoza, de los calabozos y de Huesca", para agregar que no sabe por qué les acusan.

Por su parte, Raúl Bravo se ha limitado a dar las gracias a la Policía Local, Nacional, Guardia Civil, funcionarios, presos, al juez y al fiscal. "El trato desde el minuto uno ha sido espectacular y ya no puedo decir nada más, en el juicio se verá quienes son culpables y quienes no", ha manifestado.