La Ciudad de las Ciencias aportó 113 millones de euros y 3.509 empleos a la economía valenciana en 2018

  • El impacto económico del complejo cultural y científico aumentó un 2,2% en 2018, según un estudio del Ivie.
  • La demanda de su actividad benefició sobre todo a la hostelería e inmobiliarias, y de forma inducida a las familias.
  • El Museo de las Ciencias reorientará sus contenidos hacia el estudio y la divulgación del cambio climático.
El puente de l’Assut de l’Or y el Ágora de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de València.
El puente de l’Assut de l’Or y el Ágora de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de València.
MANUEL BRUQUE / EFE
El puente de l’Assut de l’Or y el Ágora de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de València.

La rentabilidad económica, pero también turística y social, del complejo de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de València no se mide solo con las cifras de visitantes y los ingresos directos que genera, sino también con su contribución al conjunto de la economía valenciana como foco de atracción de visitantes y como generador de conocimiento.

Estas son las variables que mide un estudio realizado por segundo año consecutivo por el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie) titulado Impacto económico y social de la Ciutat de les Arts i les Ciències en la Comunitat Valenciana 2018 (se puede descargar en este enlace, en PDF).

Su director, Joaquín Maudos, ha explicado este jueves las principales claves del mismo, que a modo de resumen consisten en la aportación de 113,48 millones de euros a la economía valenciana (al Producto Interior Bruto, PIB), un 2,2% más que el año pasado, y la generación del equivalente a 3.509 empleos a tiempo completo, un 1,4% más que en 2017.

Para llegar a estas cifras finales, el informe analiza variables como los gastos de funcionamiento por edificios, que van desde los 3,2 millones del Hemisfèric a los 22,8 del Palau de Les Arts, y que en total ascienden a 56,34 millones, un 10,6& más que en 2017.

A este gasto hay que añadir el turístico, que incluye el número de visitantes, el gasto medio de cada uno de ellos y la influencia de la visita a la Ciudad de las Ciencias para elegir València como destino. El número total de visitantes se situó en 2,7 millones en 2018, de los que el 54,5% fueron al Oceanogràfic, el 28,7% al Museo, el 13,3% al Hemisfèric y el 3,5% a Palau de Les Arts. El gasto medio diario se situó en 98,5 euros (106,6 en el caso de los extranjeros y 93,2 los españoles). Además, para dos de cada tres turistas, la existencia del complejo ha sido "bastante o muy importante" para decidirse por València como destino.

Por sectores, la actividad de la Ciudad de las Ciencias tiró de la demanda especialmente en la hostelería (79,6 millones de euros) y en actividades inmobiliarias y empresariales (14,9 millones). El documento incluye un sector denominado economías domésticas, con 27,83 millones de euros, en el que se incluye el impacto económico inducido, es decir, el efecto arrastre que generan los salarios sobre las ventas de empresas y su efecto en el consumo.

Finalmente, el estudio refleja dos medidores del capital humano, es decir, la aportación al conocimiento de los visitantes, que fija entre los 60 millones de euros que los visitantes están dispuestos a pagar en entradas y los 70 millones que costaría la formación impartida si se dieran en centros reglados.

Un centro de referencia del cambio climático y de la innovación

El Museo de las Ciencias se convertirá, a largo plazo, en un centro especializado en la investigación y divulgación del cambio climático y del impacto de la inteligencia artificial en áreas como la robótica.

Según ha detallado el secretario autonómico de Turismo y presidente de Cacsa, Francesc Colomer, se trata de una estrategia a 20 años elaborada para insertar el centro museístico "en el relato de la modernidad y en el sistema de la innovación de la Comunitat Valenciana desde la divulgación y el rigor científico". Tal y como explicó, el equipo rector del complejo tiene la necesidad de "no gestionar inercias", sino de gobernar "mirando al futuro, interpretando las transformaciones que ocurren en el mundo, observando qué hacen otros centros museísticos y tendencias" para anticiparse a ellas.

El director general de Cacsa, Enrique Vidal, concretó las dos "grandes ideas" para hacer del Museo de las Ciencias un centro de referencia del cambio climático. Por un lado, crear un centro de estudios de la sostenibilidad planetaria, en el que se incluye el abordaje del cambio climático, y por otro, otro sobre el impacto de la inteligencia artificial y de la robótica.

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