Según ha informado el Ayuntamiento de Sant Antoni, el hombre, nacido en 1979, permanece en prisión desde el verano pasado y, en concreto, fue sorprendido por tres agentes cuando ofrecía estupefacientes a dos turistas en un callejón próximo al Paseo de Ses Fonts.

Los agentes, que participaban en un dispositivo contra la publicidad dinámica e iban vestidos de paisano, observaron la transacción y se acercaron al sujeto identificándose como policías. El ahora condenado intentó huir y mordió en el brazo a uno de los policías que intentó detenerle.

Cuando un segundo agente acudió en ayuda de su compañero, el forcejeo continuó y los tres cayeron al suelo provocando la fractura de una mano al segundo policía. Con la ayuda de un tercer agente los policías consiguieron reducir al detenido en el suelo.

Posteriormente, llegaron otros dos agentes uniformados para trasladar al sujeto a dependencias policiales, pero éste, ya engrilletado, continuó forcejeando y propinó una patada a otro policía causándole una luxación en la mano izquierda. Al ser cacheado, se descubrió que el hombre portaba encima ketamina, cannabis, cocaína y diferentes tipos de MDMA. Además, tenía en su poder 116 ampollas de óxido nitroso, varias decenas de globos y dos dispensadores.

Los magistrados destacan en su sentencia, entre otras cosas, que "el óxido nitroso es un gas volátil, que provoca alucinaciones y estado eufórico en la persona".

El Tribunal, ha informado el Consistorio, ha tenido en cuenta también que el acusado había sido juzgado y condenado por delitos similares apenas unas semanas antes de su detención.

Por todo ello, se le considera responsable de un delito de atentado contra la autoridad, un delito contra la salud pública, un delito de lesiones y dos delitos leves de lesiones, con el agravante de reincidencia en todos los delitos.

Además de penalizaciones económicas, el Tribunal le impone una condena de tres años por el delito de tentado y una condena de cuatro años y medio por el delito contra la salud pública.