Los visitantes de la Expo no tendrán que padecer largas esperas al sol antes de entrar al recinto de Ranillas. Cada una de las tres entradas (junto al Pabellón Puente, la Torre del Agua y frente al embarcadero de Ranillas) estarán protegidas por pérgolas que proporcionarán 2.400 metros cuadrados de sombra y aliviarán los rigores del calor.

Esta cubierta textil será diferente en cada puerta. En la Torre del Agua y Pabellón Puente habrá varias pérgolas redondas de color rojo y blanco y verde y blanco, respectivamente. La del embarcadero, la única que se mantendrá al acabar la muestra, será una gran lona continua decorada en tonos ocres y naranjas.

Los puntos de acceso al recinto estarán formados por edificios modulares. Además de las taquillas habrá un stand de información a grupos, otro para acreditaciones, máquinas de venta de entradas, cajeros automáticos y aseos públicos.

La entrada se hará en tres pasos. En primer lugar estarán las taquillas, donde se podrán comprar o canjear las entradas. A continuación, los visitantes tendrán que pasar por la zona de seguridad, equipada con arcos detectores de metales y escáneres para, por último, llegar a los tornos. Los tornos llevarán incorporados lectores magnéticos que contabilizarán las entradas al recinto.

Servicios a los visitantes

Nada más franquear estos tornos, ya dentro del recinto de la Expo, se concentrarán la mayor parte de los servicios a los visitantes. Habrá módulos en los que se alquilarán sillas de ruedas y cochecitos para niños, pulseras con localizadores GPS incorporados para evitar pérdidas de familiares, un botiquín, dependencias policiales, aseos y la oficina de objetos perdidos.

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