La madre de una joven con anorexia consigue que la Junta abra dos unidades hospitalarias para tratar la enfermedad

  • Patricia Cervera ha entregado este martes más de 315.000 firmas recabadas en Change.org.
  • La Junta de Andalucía respondió a su petición: en septiembre abrirán "dos unidades multidisciplinares".
Patricia Cervera, madre de una joven con anorexia, lleva 315.000 firmas a la Junta de Andalucía en favor de los TCA.
Patricia Cervera, madre de una joven con anorexia, lleva 315.000 firmas a la Junta de Andalucía en favor de los TCA.
MARÍA DE LA CRUZ / CHANGE.ORG
Patricia Cervera, madre de una joven con anorexia, lleva 315.000 firmas a la Junta de Andalucía en favor de los TCA.

"Tarde y de forma insuficiente", pero lo ha logrado. Patricia Cervera verá que su lucha no ha sido en vano cuando, a partir de septiembre, en Andalucía, haya implantadas dos Unidades Especializadas en Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) que la Junta ha prometido abrir en la comunidad. Para esas fechas ella espera que su hija Aleixandra, que tiene 21 años y padece anorexia desde los 13, esté ya en una fase avanzada del tratamiento y "pueda ir solamente a centros de día".

Patricia está esperanzada, pero lo vivido le pone los pies en la tierra: "Mi indignación, mi rabia, mi dolor es darme cuenta que estas personas tienen una tasa de éxito muy alta si hay una detección temprana", cuenta en una entrevista a 20minutos. Esta madre granadina se enteró de que su hija tenía anorexia "por otros casos cercanos vividos" y se lo reportó al médico de cabecera. "Tuve la suerte de detectarlo rápido, pero no me ha servido para nada. La primera derivación fue rápida, a partir de ahí un auténtico calvario". Tanto que, ocho años después, Aleixandra está ingresada en el Hospital General Universitario de Ciudad Real.

Su situación salió a la luz el 1 de marzo, cuando Patricia registró una petición de firmas en la web Change.org. Ese mismo día llevó a Aleixandra a Urgencias y, cuatro días después ingresaría en el hospital en el que se encuentra ahora por una "situación crítica". "Estaba en estado grave y necesitaba un control diario y un ingreso hospitalario porque se me iba a morir", relata. Y es que la joven, que mide 1,58 metros, pesaba el momento del ingreso solo 31 kilogramos, el mínimo al que ha llegado desde que le detectaron la enfermedad.

Además de en Ciudad Real, Aleixandra estuvo tres meses ingresada en un hospital de Albacete nada más cumplir los 18 años, una mayoría de edad a partir de la cual los tratamientos se complican todavía más: "Cuando cumplen 18 años te espera el abismo. Empiezas desde cero en Salud Mental Comunitaria, como si ella no hubiera tenido nunca la enfermedad. Los médicos no se coordinan y el tiempo corre en su contra".

De Albacete salió mejor, pero, al no seguir un tratamiento progresivo que vaya incluyendo a los pacientes poco a poco en la vida normal y diaria, la joven volvió a recaer y a adelgazar. Esa es otra de las peticiones de Patricia: en las Unidades Específicas para tratar los TCA "tienen que implantar un circuito asistencial completo porque para ellos, cuando salen del hospital, comer en un restaurante, por ejemplo, es un mundo".

Para afianzar su queja, Patricia, que recorre más de 500 kilómetros cada fin de semana para ir a ver su hija desde Granada a Ciudad Real, llevó ayer las 315.000 firmas recabadas al Palacio de San Telmo y consiguió la reacción del Gobierno andaluz: "El objetivo es poner en marcha en septiembre dos unidades multidisciplinares específicas para los Trastornos de Conductas Alimentarias, una referente para Andalucía Occidental y otra para Andalucía Oriental", manifestaron desde la Consejería de Salud en una nota de prensa.

Pero esto no es suficiente para los más de 7.000 andaluces afectados por trastornos alimenticios. "Nos han dicho que nos apoyan, pero pedimos que, ahora que están en debate los presupuestos, incluyan en ellos esas unidades para que no se queden en una promesa incumplida", reclama Patricia. "Las unidades de Castilla-La Mancha están en marcha desde el 98. Son muchos años de retraso los que llevamos en Andalucía y muchas personas las que han caído", lamenta. "Allí tienen dos para dos millones de habitantes; en Andalucía tendría que haber ocho para ocho millones. ¡Es una vergüenza!".

También las hay, a nivel público, en Madrid, Barcelona o Valencia. Por lo privado, el reparto es más amplio, pero menos asumible económicamente: "Un centro de día –del que salen los fines de semana, por las noches y los festivos– cuesta unos 2.300 euros al mes; un ingreso completo puede alcanzar los 7.000".

En estos tres meses, Aleixandra ha recuperado dos kilos, pero aún no la sonrisa: "Está mal, cuando llegan a un punto tan crítico, incluso con la sonda no consiguen ganar peso. Está deprimida, echa de menos a su familia". Patricia, por su parte, ha pagado un alto precio económico, pero también personal: "Vivo con angustia, porque ella se tiene que enfrentar en algún momento al mundo real".

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