Unidas Podemos sufrió anoche el mayor batacazo de su historia. Estas elecciones no solo le han supuesto una pérdida en el terreno municipal, autonómico y europeo sino que, además, abaratan el precio de su negociación con Sánchez y le alejan un poco más de su pretensión de formar parte de su gobierno.
La formación morada ha perdido apoyos en todo el territorio nacional. Si en 2015 obtuvo 105 escaños en la suma de las comunidades, cuatro años después apenas alcanza a sumar 40. Tanto en Castilla La Mancha como en Cantabria el partido ha perdido los únicos tres escaños que tenía. En Castilla y León pierde nueve escaños (10 en 2015), en Extremadura dos (seis en 2015) y en Asturias cinco: cuatro asientos frente a los nueve que obtuvo en las pasadas elecciones. Murcia (dos actuales frente a seis), Aragón (cinco frente a 14 en 2015) y Baleares (seis frente a los 10 que ha disfrutado estos cuatro años).
Las siete representaciones que obtuvo en 2015 en Canarias y Navarra se han reducido a tres y dos, respectivamente. Los resultados autonómicos le han hundido en la comunidad madrileña, donde la formación se queda con el último puesto, por detrás del PSOE (37), Más Madrid (20) y Vox (12). Así, Podemos acaba con siete diputados frente a los 27 que tenía en Madrid. Asturias y La Rioja completan el mapa con cuatro escaños frente a nueve y dos frente a cuatro en 2015, respectivamente.
Comunidad | 2015 | 2019 |
Madrid | 27 | 7 |
Castilla y León | 10 | 1 |
Aragón | 14 | 5 |
La Rioja | 4 | 2 |
Extremadura | 6 | 4 |
Castilla La Mancha | 3 | 0 |
Murcia | 6 | 2 |
Baleares | 10 | 6 |
Asturias | 9 | 4 |
Cantabria | 3 | 0 |
Canarias | 7 | 3 |
Navarra | 7 | 2 |
Pero el mayor batacazo de Iglesias tiene que ver con su excompañero de filas, Íñigo Errejón. Éste le ha dado con creces en votos, pero el líder de Podemos ha contribuído a su fracaso y el de Carmena. A la pérdida de la capital española se suma la de Zaragoza, donde Podemos tendrá dos concejales tras competir contra su alcalde, Pedro Santisteve.
La formación no tendrá representación en Valencia y tampoco aguantarán las alcaldías gallegas de Coruña, Santiago y Ferrol, aunque aquí el partido morado sí podría ser decisivo para ceder alcaldías al PSOE. Tan solo el candidato a la alcaldía de Cádiz por Adelante, José María González 'Kichi' (13 concejales, a solo uno de la mayoría absoluta) y el representante de Compromís a la alcaldía de Valencia, Joan Ribó (10 concejales), pudieron celebrar anoche la victoria.
Ni las europeas le han dado un respiro a la formación morada: solo ha obtenido 1,9 millones de votos y seis escaños, en comparación a los 11 que Podemos e IU obtuvieron en 2014 por separado.
La dirección del partido comenzó la noche con fuerza: "La segunda temporada de Unidas Podemos es gobernar". Sin embargo, el líder de la formación se quedó mudo a medida que veía avanzar el escrutinio. A diferencia del resto de líderes políticos, Pablo Iglesias fue el único que no compareció durante la noche electoral. Ha esperado hasta el mediodía para manifestarse a través de un Tweet, en el que reconoce el fracaso de las votaciones y acepta su responsabilidad por "dar la cara y hacer autocrítica".
Hoy sobre a las 13:30 estaré en ARV. Antes, rueda de prensa. Los resultados han sido malos y toca dar la cara y hacer autocrítica. Pero tenemos claro que pondremos toda nuestra fuerza para hacer gobiernos que defiendan la justicia social y los derechos sociales. Sí se puede ✊
— Pablo Iglesias (@Pablo_Iglesias_) 27 de mayo de 2019
Antes de las 13:00 horas, Pablo Iglesias ha cumplido con la prensa. Preguntado por si continuará exigiendo un Gobierno de coalición con el PSOE a nivel estatal, Iglesias ha dicho: "No vamos a poder pedir muchos elementos que nos gustaría si tuviéramos más peso electoral. Nos gustaría estar en la proporcion modesta que nos corresponde en un Gobierno de coalición".
Tras los resultados de la pasada noche electoral, al líder de Podemos solo le queda insistir en su intento por ser ministro. La portavoz parlamentaria de Unidas Podemos Irene Montero se perfila ya como recambio de Iglesias.
Si las generales penalizaron a la derecha, las autonómicas y las municipales han dividido a la izquierda. El éxito del PSOE en estas elecciones no será suficiente para que gobierne con los partidos más afines. Los pactos serán más difíciles que nunca.
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