Nada menos que 63 obras son las que pueden verse en Geopolíticas de la animación. Pero no solo se trata de números, porque la calidad también se ha tenido en cuenta: en la exposición pueden verse piezas provenientes de diversos continentes y de todas las épocas, desde los años 20, en que la animación aún caminaba a gatas, hasta la actualidad, en que las nuevas técnicas abren todo un campo de posibilidades .
Para facilitar la visión de la muestra, las obras se han englobado bajo dos criterios bien distintos: en primer lugar están las obras clásicas con una temática similar, y en segundo lugar están las videocreaciones realizadas a partir de dibujos animados, plastilina y animación digital, independientemente de su país de origen.
Además, la muestra cuenta con algunos de los mejores nombres del mundo del arte, como es el caso de Manu Arregui, Carles Congost, Segundo de Chomón o Juande Jarillo.
La animación como instrumento de crítica social
Muchas de estas obras, pese a tener un formato aparentemente naïf, sirven para criticar la sociedad dominante, bien optan por denunciar el deterioro medioaambiental o bien ofrecen visiones de culturas que no suelen estar presentes en los medios de comunicación. Es el caso de Zhou Xiaohu, que critica los iconos norteamericanos, o el de Kara Walker que recrea los conflictos raciales de EE.UU.
También hay obras que recrean con la animación tradiciones orales que están cayendo en desuso, como hace Robin Rhode, que ensalza la figura de los cuentacuentos africanos.
Actividades paralelas
De aquí al próximo 30 de mayo, habrá varias actividades paralelas en torno a la exposición, desde talleres de creación de personajes a invención de guiones y construcciones de decorados.
VIGO / MARCO / Hasta el 1 de junio / www.marcovigo.com
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