La cría en el estuario del Bajo Guadalquivir peligra por los sedimentos en sus aguas

  • Cofradías de pescadores y acuicultores, las más afectados.
  • Ecologistas advierten del dragado de la ría previsto.
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La cría de langostinos en Sanlúcar podría verse en serias dificultades si no se pone coto a la turbidez de las aguas. M. V.
La cría de langostinos en Sanlúcar podría verse en serias dificultades si no se pone coto a la turbidez de las aguas. M. V.
M.V.
La cría de langostinos en Sanlúcar podría verse en serias dificultades si no se pone coto a la turbidez de las aguas. M. V.

La cría de muchas especies comerciales en el estuario del Guadalquivir podría peligrar con la turbidez que arrastran las aguas del río. Según han denunciado desde Ecologistas en Acción, la situación de las aguas en el Bajo Guadalquivir viene provocada por sedimentos en suspensión que superan en 20 veces los valores habituales.

Como explica un portavoz de Ecologistas en Sanlúcar de Barrameda, Ángel Barroso, los principales afectados son las cofradías de pescadores, la acuicultura, y la vida asociada al río.

La elevada turbidez del río está afectando ya de forma muy negativa a las explotaciones de acuicultura que se nutren de sus aguas, como son las destinadas a la cría de langostinos en Sanlúcar o las de lubina y dorada de Puebla de Río.

Las causas que se barajan son las obras de la esclusa y dragados de mantenimiento del Puerto de Sevilla, descargas del Guadaira y Genil por las lluvias torrenciales ocurridas en enero, desembalses de fondo de pantanos..., hasta causas más difusas como las miles de hectáreas puestas en cultivo de olivar de regadío en altas pendientes en la zona media-alta de la cuenca que estarían aportando por erosión ingentes cantidades de sedimentos al río, todo esto, unido al bajo caudal del río por la escasas precipitaciones hace que lo que llega al estuario no salga con facilidad, movido hacia arriba y abajo por la acción de las mareas.

Barroso continúo explicando que es positivo que exista algo de sedimento porque pueden contener nutrientes para la cadena trófica en el estuario, pero los niveles están completamente desatados. Además, prosiguió, en el fondo hay metales pesados que pueden haber aflorado con las partículas en suspensión, factores que urge medir.

Ante este panorama, Ecologistas en Acción se teme que acciones previstas como el dragado de toda la ría del Guadalquivir desde Sevilla a Sanlúcar por parte del Puerto o los vertidos autorizados a la mina de las Cruces pueden suponer el remate para la vida del estuario, y piden una intervención urgente de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir.

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