Siete motivos para regalarte un viaje en tren este verano

Un tren en la estación de FGC de Sant Cugat.
Un tren en la estación de FGC de Sant Cugat.
FGC - Archivo
Un tren en la estación de FGC de Sant Cugat.

Una vez fijado el destino, hay tantas formas de llegar a él como viajeros existen ya que preparar el transporte es un punto muy importante de la organización de las vacaciones. No en vano se dice que el auténtico viajero debe disfrutar tanto del camino como del lugar al que llega. Buscando optimizar la experiencia, hay quien decide embarcarse en un crucero para optar a las múltiples ventajas de este tipo de traslado y quienes tienen claro que lo suyo es el avión por la rapidez y comodidad. Para los que todavía no han encontrado la forma ideal de desplazarse hasta su destino vacacional, hoy les proponemos una nueva opción: el tren y sus ventajas.

1.-  (Casi siempre) de centro a centro.

No es una ley infalible pero es mucho más probable que la estación de tren esté en lugar cercano al centro de la ciudad, ya que fue el primer medio de transporte que llegó hasta allí y el crecimiento natural de la polis la ha iso envolviendo. Si no está en el centro, es fácil que esté en un lugar mucho más cercano y accesible en transporte urbano que el aeropuerto.

2.- Edificios con encanto.

Puesto que es un medio de transporte con solera, en Europa muchas estaciones de ferrocarril suponen el inicio del propio viaje ya que son auténticos tesoros arquitectónicos. (Como la Estación Central de Trenes de Amberes, la Estación St Pancras International, Londres; la Estación de Atocha en Madrid o la Gare du Nord  en París).

3.- El paisaje.

El tren permite disfrutar del encanto de mirar el paisaje por la ventanilla: descubrir estaciones que no son tus destino, bosques, fronteras, pueblos… Todo desde tu misma perspectiva sin nubes que te tapen la vista, atascos, ni asfalto. Las vías se mimetizan mucho mejor con el paisaje.

4.- Ecología.

Los trenes tienen un consumo más eficiente de energía que los aviones o los automóviles.

5.- Equipaje.

Da igual la cantidad de bultos que lleves y su tamaño, no pagarás ningún extra por subirlos al tren. Eso sí, debes de ser capaz de moverlos tú solo y subirlos a la rejilla sobre tu asiento o, al menos, a su lugar correspondiente en los espacios entre vagones habilitados para tal efecto.

6.- Espacio.

Los viajeros aficionados al tren están acostumbrados a poder estirar las piernas en su asiento y, si se cansan de estar sentados, siempre se pueden levantar y acudir andando hasta la siguiente ventaja de este medio de locomoción:

7.- Vagón restaurante.

Llegar andando hasta la cafetería, estirar las piernas y decidir qué quieres tomar. Permanecer fuera de tu sitio y romper con la rutina del viaje es un detalle que ayudará a que las distancias parezcan más cortas.

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