La Fundación Joan Brossa recorre en una exposición la historia de la poesía experimental

  • Un viaje de tres décadas a través de las tendencias que revolucionaron el género en la segunda mitad del siglo XX.
  • Se repasan movimientos como el letrismo, la poesía sonora, la poesía concreta o el espacialismo.
  • La fundación celebra así el centenario del nacimiento del autor barcelonés.
Poema-objeto de Joan Brossa. Letraset sobre bombilla, 1967. Colección MACBA. Fondo Joan Brossa. Depósito Fundación Joan Brossa
Poema-objeto de Joan Brossa. Letraset sobre bombilla, 1967. Colección MACBA. Fondo Joan Brossa. Depósito Fundación Joan Brossa
CORTESÍA FUNDACIÓN JOAN BROSSA
Poema-objeto de Joan Brossa. Letraset sobre bombilla, 1967. Colección MACBA. Fondo Joan Brossa. Depósito Fundación Joan Brossa

Ya casi al final de su vida, cuando Joan Brossa recibió el Premio Nacional de Artes Plásticas (1992) y la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes (1995), ambos premios supusieron también el reconocimiento a toda una vida de búsqueda constante en pro de materializar la palabra más allá de las páginas de un libro.

Creador de la poesía visual, que él mismo definió como "la expresión de un mundo poético mediante el código visual", ese viaje de casi 50 años le hizo romper con una tradición poética que vivía encerrada en si misma y no se relacionaba con la realidad y convertir las palabras en objetos e imágenes.

Cuando se cumplen cien años de su nacimiento y coincidiendo con la celebración del Año Joan Brossa, la Fundació que lleva su nombre acaba de inaugurar en su nueva sede del barcelonés Carrer de la Seca la exposición La red en el bosque. Joan Brossa y la poesía experimental, 1946-1980. Una muestra que se sirve del periodo de tiempo comprendido entre esos años, los mismos en los que el artista barcelonés desarrolló su lenguaje poético, para repasar las distintas tendencias de la poesía experimental en Europa y América.

Un ambicioso proyecto que abarca más de tres décadas y una enorme cantidad de piezas, más de 200, para dar a conocer al público toda una constelación internacional de poetas coetáneos de Brossa que, tras la Segunda Guerra Mundial, quisieron romper con la idea de la poesía como práctica elitista y reconstruir su valor "con unas formas abiertas y experimentales que tienen en cuenta los cambios tecnológicos y políticos y que quieren traspasar todo tipo de fronteras, empezando por las nacionales y las lingüísticas", señalan desde la Fundació.

"Más que explicar una historia, la exposición quiere facilitar que el público se pierda entre algunas de las muchas propuestas que revolucionaron la poesía del siglo XX y la acercaron a los instrumentos de comunicación presentes", explica su comisario Eduard Escoffet.

Brossa fue, sin lugar a duda, uno de los autores que mejor representaron este cambio radical de tendencia: un poeta que supo expresarse en diferentes formatos - la poesía visual, el teatro, los poemas-objeto, las sextinas, los poemas transitables o el cine- y que lo cuestionó todo, empezando por el propio lenguaje.

El periodo que abarca la exposición, de 1946 a 1980, arranca con la aparición en París del letrismo - movimiento que apostaba por centrarse en el elemento mínimo de la escritura: la letra- y finaliza en la década de los ochenta, momento de mayor reconocimiento de Brossa. No solo tiene en cuenta a los creadores, sino también a los grupos, revistas, festivales y plataformas que fueron fundamentales para la difusión de su trabajo.

Los visitantes podrán ahondar también en otras corrientes como el ultraletrismo fundado por François Dufrêne, la poesía sonora, experimentación vocal y tecnológica que deseaba superar los límites del libro con el disco y los festivales como vehículos de difusión; o el text-sound, género desarrollado en Suecia que utilizaba el estudio de grabación como laboratorio de experimentación.

Destaca también el espacio dedicado a la poesía concreta, movimiento que nace de forma simultánea en Brasil y Europa de la mano del grupo Noigandres y Eugen Gomringer y que liberó al poema de las normas tradicionales para resaltar su aspecto visual: las palabras; o el espacialismo, que entiende la página como espacio en el que se pueden mover las letras y el texto para encontrar nuevos significados.

La muestra reúne obra de más de sesenta artistas como Felipe Boso, bpNichol, Ilse i Pierre Garnier, Henri Chopin, Augusto de Campos, Fran Mon, Nicanor Parra, Mathias Goeritz, José Luis Castillejo, Mary Ellen Solt, Liugi Tola, Giovanna Sandri, Octavio Paz, Dick Higgins, Salette Tavares, Marcel Broodthaers, Ronaldo Azeredo, Eduardo Scala... así como un espacio, Gabinete Brossa, dedicado íntegramente al autor que se podrá visitar durante todo el año pero estará en transformación continua, con la idea de ir mostrando obras y materiales diversos como poemas, obra gráfica, carteles, objetos y grabaciones de algunas acciones.

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