Joan Ribó: "Crearemos un parque público de vivienda de alquiler asequible a través de una empresa mixta"

  • El alcalde de València y candidato de Compromís a la reelección aborda temas como movilidad, vivienda y empleo.
  • Defiende la tasa turística, impulsar zonas industriales, mejorar frecuencias de EMT y habilitar solares para aparcar.
  • "En 2023 no me presentaré. Mis aspiraciones con este periodo quedarán satisfechas", afirma sobre su futuro.
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Ribó, en la primera fase del Parque Central de València, abierta al público durante este mandato.
Ribó, en la primera fase del Parque Central de València, abierta al público durante este mandato.
EDUARDO MANZANA
Ribó, en la primera fase del Parque Central de València, abierta al público durante este mandato.

Nacido en Manresa (Barcelona) hace 71 años y valenciano de adopción, Joan Ribó Canut es ingeniero agrónomo por la UPV, fue profesor de Secundaria en varios institutos valencianos, diputado en Les Corts y concejal. Es amante de la bicicleta y forma parte de movimientos ecologistas.

¿Cómo llega al final de esta larga campaña? ¿Cansado?

Bien. Ha sido una campaña doble y por lo tanto bastante agitada. Pero contento, porque la respuesta de la gente es muy buena cuando salimos a los barrios, que te pide cosas, pero desde un planteamiento muy positivo. Y también ilusionados con el resultado, que esperamos que será bueno.

¿Nota el efecto alcalde?

Sí, se nota, por supuesto.

¿En las demandas de los vecinos?

En las demandas y en cosas tan sencillas como que te pidan hacerte fotos. También se nota en que la gente se ha dado cuenta de la asequilibilidad, que es un elemento que hemos estado trabajando durante estos años. La Alcaldía no es una ciudad secreta, sino un espacio abierto, y el alcalde pretende hablar con todo el mundo con el límite de las posibilidades de una ciudad de 800.000 personas. Te paran cuando vas en bici o cuando vas andando para decir que esto va muy bien o que aquello tenemos que mejorarlo.

¿Se cree las encuestas?

También están las elecciones autonómicas, que no fueron una encuesta sino una realidad, aunque no extrapolable al 100%. El 28-A en València pasó una cosa significativa: por cada voto a Compromís en las generales pasamos a 2,7 en las autonómicas. Es difícil encontrar precedentes de un fenómeno así el mismo día. Estamos contentos porque fuimos por primera vez en la historia el partido más votado en la ciudad en unas condiciones que no fueron las óptimas para Compromís, que no es una formación estatal. Estamos convencidos de que en estas elecciones los resultados serán mucho mejores.

¿Cómo definiría el Ayuntamiento que encontró hace cuatro años?

Había dos grandes problemas. En primer lugar, la corrupción, con una plasmación concreta: de 10 concejales del PP que hay, 10 están imputados. En segundo lugar, el despilfarro de recursos y la mala gestión, que se puede definir en muchas cosas: un plan de ajuste por no poder pagar a proveedores, números rojos en la EMT, en el Palacio de Congresos, en la Feria y en el mismo Ayuntamiento. El PP gestiona mal los ayuntamientos y los progresistas sabemos hacerlo mucho mejor y lo podemos demostrar con datos objetivos.

¿Y cómo lo ve ahora?

Hemos tapado los agujeros y empezamos a trabajar en un proyecto a largo plazo. Estamos comprando autobuses para la EMT, estamos haciendo parques y jardines en todos los distritos, estamos abordando los grandes problemas sociales y los dos grandes problemas de los valencianos y valencianas, que son dos: el problema de la vivienda, del alquiler, y el paro.

¿Es esta la última vez que se presenta como candidato a la Alcaldía?

Sí. Lo confirmo, en 2023 no me presentaré. Por eso, precisamente, mis aspiraciones con este periodo quedarán satisfechas y espero hacerlo estupendamente como alcalde que lidera una coalición como el proyecto de La Nau. Nuestro objetivo es reeditarlo para continuar trabajando por València desde unos planteamientos abiertos y progresistas.

El candidato de Compromís a revalidar la Alcaldía de València, Joan Ribó, durante la entrevista con 20 minutos.
El candidato de Compromís a revalidar la Alcaldía de València, Joan Ribó, durante la entrevista con 20 minutos.

Si repite como alcalde, ¿lo será por cuatro años o renunciará antes?

Yo tengo previsto agotar este proceso, por supuesto. El hecho de que no me presente en 2023 no quiere decir que no vaya a trabajar hasta 2023.

¿Cómo evalúa el funcionamiento del Gobierno tripartito de izquierdas? ¿En qué podría mejorar?

Yo creo que es una gestión buena en lo fundamental, y tenemos datos que lo confirman. Hemos bajado la deuda a la mitad, hemos invertido 100 millones más en los barrios que el anterior Gobierno del PP. No hemos subido los impuestos de la gente, de las viviendas, de las familias y hemos ampliado los parques.

¿Y la relación con los socios de Gobierno?

Bien. Con dos datos objetivos: hemos sido el primer ayuntamiento grande de España en aprobar sus presupuestos, que es un paso complicado. Y en segundo lugar: hemos votado siempre lo mismo. Esos dos datos son indicadores de que la coalición progresista de La Nau ha funcionado y tiene que seguir funcionando en el futuro.

¿Qué aspecto le gustaría mejorar si tuviera que reeditarlo?

Hay un aspecto fundamental que tenemos que mejorar y que me preocupa: la organización municipal. Tenemos que hacer de este ayuntamiento como una gran empresa. Es la primera empresa de la ciudad, tiene 5.000 trabajadores y hemos de conseguir que los diferentes servicios estén más interconectados, trabajar con gerencias de área como hacen los grandes ayuntamientos y agilizar en general los procesos porque nos lo piden los ciudadanos y las empresas.

Uno de los aspectos más criticados, incluso por los propios miembros del Gobierno, es precisamente la lentitud y la burocracia de la casa. ¿Qué propone para cambiarlo?

Hemos de tener en cuenta que los tiempos del ayuntamiento nunca son los tiempos de los deseos de las personas ni a los que estamos acostumbrados en nuestras casas, es mucho más lento. Y si hablamos de cuando nos relacionamos con la administración autonómica, estatal o europea, la lentitud aumenta mucho más. Por lo tanto, hemos de ser capaces de hacer programaciones con el tiempo necesario para que esto funcione. Por eso hablamos de gerencias y de y cambiar los sistemas informáticos por otros más ágiles. Creo que eso se puede hacer y es una de las grandes tareas a las que nos hemos de comprometer desde el Gobierno.

Ha defendido un modelo de ciudad que no crezca más a costa de la huerta y lo haga hacia adentro. ¿Tiene margen aún para ello?

Por supuesto que sí. Si miramos la población de València, se encuentra en el entorno de las 800.000 personas desde hace aproximadamente 15-20 años. Por tanto, no es una ciudad que esté creciendo. València creció de forma importante en los años cincuenta y sesenta. En segundo lugar, hay un Plan de Protección de l’Horta con el que hemos protegido 120.000 metros cuadrados de huerta que se iban a urbanizar. València tiene en su entorno algo fundamental para un mundo moderno que tiene muchos problemas en su alimentación y en su sostenibilidad y que estamos obligados a preservar. Si además añadimos que en la ciudad hay decenas de miles de pisos vacíos y montones de solares sin ocupar, ¿para qué tenemos que ocupar huerta? Tenemos espacios en PAI (Malilla, Benicalap, Patraix…), solares sin urbanizar. No tiene ningún sentido saltar a zonas de huerta. Hemos de preservarla y hacerla útil para la gente como fuente de creación de trabajo.

¿Piensa llevar adelante el desarrollo de planes urbanísticos pendientes que han generado polémica como los de Benimaclet y el Grau?

La palabra PAI es una concepción urbanística que creo que hay que retocar, es antigua. Cuando hablamos de planificación urbanística hay que pensar más globalmente, no solo en los metros cuadrados edificables y en los parámetros típicos de los PAI. Hay que pensar en los espacios públicos, en los servicios, en la movilidad… Por eso proponemos un debate para ver qué ciudad queremos. Vamos a desarrollar una Oficina de Planificación Estratégica en la que se tendrá que integrar el concepto de PAI.

¿Eso implica revisar el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU)?

En u primer mandato no, pero después habrá que retocarlo. Respecto a los dos PAI, son muy distintos. El de Benimaclet ha sido muy debatido y con una participación muy elevada de la gente del barrio, cosa que no ha sucedido con el del Grau, que se ha quedado muy aislado y tiene muchos problemas, como el circuito de Fórmula 1 que no nos iba a costar ni un euro y que tiene una factura pendiente de 50 millones, por ejemplo. Y se lo digo al señor Camps con cariño.

¿Hay todavía una València de dos velocidades: la del centro y la de los barrios?

Estamos trabajando claramente para unificar estas dos velocidades. Es cierto, y eso no se hace en dos días, pero para nosotros es una lucha importante. Hemos hablado de limpieza, de hacer jardines… Es evidente que hay zonas más ricas y menos ricas, pero nuestro objetivo es que haya unos mínimos sobre los que todo el mundo pueda vivir de una manera digna y con los derechos básicos reconocidos.

Hay proyectos como el del Parque Central que han avanzado, pero necesita el impulso del soterramiento de las vías. ¿Cree que el Gobierno central se implicará?

Al Gobierno central hay que decirle que estaremos atentos. El alcalde de València es un poco como Santo Tomás, hasta que no está, no se lo cree. Hay que decir, en positivo, que hace unos días firmaba un acuerdo con el ministro Ábalos para hacer el túnel desde el Bulevar Sur hasta el puente de Giorgeta para soterrar las vías. Eso será un paso importante para el Parque Central, aunque hay más cosas que hacer: hay que pagar la deuda de Marina, enterrar las vías del PAI del Grau y de Nazaret, y es imprescindible que la Autoridad Metropolitana de Transporte tenga recursos.

¿Ve a Pedro Sánchez receptivo con València?

Veo mucha más receptividad que antes, pero el alcalde de València va a estar siempre muy atento y a ser muy exigente con el Gobierno de España porque tenemos una historia que nos pesa mucho, unos presupuestos que siempre nos han marginado y nos obliga a estar muy reivindicativos. Ojalá la voluntad manifestada se traduzca en hechos, pero queremos ver los hechos, no solo las palabras.

¿Y a la Generalitat?

Es distinto, porque con la Generalitat llevamos trabajando cuatro años y con el Gobierno central uno. Ha habido mucha mayor receptividad, pero hay una serie de demandas que hacerle con muchísima claridad. Primero, el transporte metropolitano, que depende de Obras Públicas. En València tenemos en las entradas y salidas a la ciudad los grandes colapsos. Hay que poner en marcha la línea 10 del metro y el metro nocturno de forma sistemática. Además, València es el Cap i Casal y al igual que otras grandes ciudades debe tener una ley de capitalidad que le permita recibir recursos de la Generalitat para poder atender servicios que no son propios del Ayuntamiento pero que se los estamos haciendo a la Generalitat.

El candidato de Compromís a la Alcaldía, Joan Ribó, en la entrevista con 20 minutos.
El candidato de Compromís a la Alcaldía, Joan Ribó, en la entrevista con 20 minutos.

La movilidad ha sido uno de los aspectos más polémicos del mandato. ¿Seguirá con su modelo de reparto del espacio público entre las distintas formas de movilidad?

Es que la oposición es muy antigua. Yo le pediría que viajara un poquito por Europa y que viera que lo que se plantea allí es lo mismo. En primer lugar, las aceras son para la gente que anda y que pasea. El transporte público lo hemos mejorado y lo vamos a mejorar, lo encontramos mal. Hay un símbolo muy claro: se compraron 2 autobuses de 2011 a 2015, y de 2015 a 2019 se han comprado 176. Creo que es un dato contundente, y hemos incrementado un 10% el número de usuarios de la EMT. ¿Tiene que mejorar más? Por supuesto que sí, pero necesitamos recursos y ayuda del Estado para mejorar las frecuencias.

¿Qué medidas propone para la EMT?

Hay que mejorar frecuencias y también algunas líneas en función de las remodelaciones de la plaza de la Reina y de las grandes plazas del centro, que serán más peatonales. Es un modelo de movilidad en el que el único parámetro que tenemos en cuenta no es solo el coche privado, que también, porque hemos hecho muchos aparcamientos para motos. Es una cuestión de adaptarse, no es un problema serio, sino que se ha querido magnificar. Lo que no podemos es volver al modelo en el que lo único que interesa es cuánto le cuesta a un coche que entra en València por Ademuz llegar al centro.

El Barómetro Municipal indica en sus distintas entregas como uno de los principales motivos de queja en los barrios la falta de aparcamiento. ¿Qué solución propone?

Planteamos que los solares vacíos que no se están utilizando sean empleados de forma provisional como espacios de aparcamiento. Es un tema que hemos empezado a desarrollar en este periodo, pero que queremos desarrollar más, sobre todo en los barrios. En este sentido, otro de los problemas graves de aparcamiento se produce cuando hay partido del Valencia en Mestalla. Estamos trabajando con la Universitat un acuerdo que se está retrasando por alguna pega para usar los solares y aparcamientos que tiene en la zona de Tarongers. Más que de hacer grandes obras, se trata de utilizar lo que ya tenemos.

El empleo es el principal problema de la ciudad en todos los indicadores, pero apenas hay competencias municipales. ¿Qué medidas incluye en su programa?

Algunas cosas sí se pueden hacer. Por ejemplo, con el dinero de Europa se ha contratado a centenares de personas durante un año en el Ayuntamiento. Estamos abriendo centros de empleo en los barrios, trabajando con el Servef y se han creado 15.000 puestos de trabajo. También tenemos dos zonas industriales como Forn d’Alcedo y Vara de Quart que están infrautilizadas. Queremos dinamizar estas zonas con industrias de tipo ecológico y circular con desgravaciones fiscales. También trabajaremos en innovación, que es fundamental, a través de La Marina. Pensamos que València puede avanzar mucho en este sentido.

En materia de vivienda se han escuchado críticas a la falta de acción. ¿Cuál es la solución?

Empezamos con la preocupación por los desahucios por impago de hipotecas. Nos dimos cuenta de que estaba evolucionando hacia el problema del precio del alquiler y abrimos una línea de ayudas al alquiler con 2 millones de euros, pero daremos un paso más con la creación de una vivienda a precio asequible pensando no en la gente que está en el umbral de la pobreza, sino en la gran mayoría de la población, en los jóvenes que se quieren independizar pero tienen un salario que no les permite comprar una vivienda.

¿Y qué propone para ese colectivo?

Queremos crear un parque de vivienda de precio de alquiler asequible a través de la empresa municipal Aumsa con recursos públicos y con una empresa mixta en la que el Ayuntamiento ponga el suelo y empresas privadas el dinero para construir con unos acuerdos a 50 años de manera que sean rentables. Queremos hacerlo así porque el precio del metro cuadrado está en 1.500 euros y no queremos subir los impuestos. No inventamos nada, nos copiamos de Viena. Consiste en utilizar el sector público y el privado para conseguir alquileres asequibles y control de precios.

¿Mantendrá la presión fiscal o tiene pensado subir algún impuesto?

Aquí quien subió los impuestos fue la alcaldesa anterior, que incrementó un 10% el IBI, hay que recordarlo. Nosotros no hemos subido el IBi a ninguna familia, hemos bajado el ICIO del 4% al 3%, hemos puesto criterios para bajar las tasas de vehículos pensando en factores ecológicos… Pero los impuestos que se tengan que pagar, se han de pagar. Por ejemplo, las empresas que ingresan más tienen obligación de pagar el IAE. Eso no se controlaba desde 2004.

¿Y cuál es la propuesta de Compromís para estos cuatro años?

Hay un aspecto con el que sí queremos recaudar. Se llama tasa turística. Tenemos la estimación de que, sin hacer una tasa disuasoria, podemos recaudar unos 20 millones de euros. Palma, Barcelona o ciudades europeas la tienen. Un turista, cuando llega a València, necesita tener una buena limpieza, pero también contribuye a que no la haya, servicios de seguridad, etc. Hay una serie de servicios que sufragar con esta tasa, que también ayudará a tener un turismo de más calidad.

¿Revertirá entonces en los servicios municipales?

Por supuesto. Además, sería un buen mecanismo de control de los apartamentos turísticos, que buena falta hace.

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