"Intentaron secuestrarme en dos ocasiones"

  • A.N.K., único iraquí acogido en Ceuta, narra su historia.
  • Solicitante de asilo, le intentaron secuestrar en dos ocasiones.
  • Tiene varios documentos que certifican su colaboración con las tropas.
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N.K. muestra algunos certificados de su pasado (FIDEL RASO).
N.K. muestra algunos certificados de su pasado (FIDEL RASO).
FIDEL RASO
N.K. muestra algunos certificados de su pasado (FIDEL RASO).

Se cumplen cinco años de la invasión estadounidense de Irak y la situación en este país de Oriente Medio no ha mejorado. Un dato: el número de solicitantes de asilo iraquíes aumentó en 2007 según Naciones Unidas debido a la inseguridad que reina en el territorio que un día se llamó Mesopotamia. N.K., natural de Mosul y residente en el CETI de Ceuta, es un ejemplo de esta tendencia."Los milicianos de la milicia Bader intentaron secuestrarme en dos ocasiones", relata el iraquí, quien enseña una cicatriz en una de las muñecas y otra en el abdomen, "tengo más, todas provocadas

por disparos", asegura N.K. Este grupo paramilitar, "intenta que el Gobierno de Irak caiga en manos de sectores que simpaticen con Irán, comparten su interés por expulsar a los suníes".

"Irán financia estas milicias. Están interesados en eliminar del sistema a quienes piensen de forma distinta y a las tropas de EE UU", explica N.K., quien argumenta para solicitar el asilo que es perseguido en su país por haber colaborado con los ejércitos de la fuerza internacionalidad desplegada en Irak. Abandonó su país el 14 de enero y ahora sólo espera conseguir la residencia para trasladarse a la Península.

N.K. conserva varios documentos que certifican su colaboración con las tropas de varios ejércitos de la fuerza internacional desplegada en Irak. Como el certificado de reconocimiento del Departamento de Extinción de Incendios de EE UU y el Defense Intelligence Agency durante la operación Libertad Duradera, fechado el 21 de febrero de 2007.

Desconocía la existencia de una ciudad española en el norte de África", relata

Él es el único iraquí que, en la actualidad, reside en el CETI. Calcula que desembolsó unos 75.000 dólares para ser trasladado de Mosul, al norte del país, hasta Europa. "Yo desconocía la existencia de una ciudad española en el norte de África", confiesa.

En su viaje huyendo de las revueltas y los atentados, que azotan indistintamente a las fuerzas de seguridad y a la población civil, llegó al Kurdistán, territorio situado al norte de Irak, y de ahí se dirigió a Turquía, donde pagó su plaza dentro de un contenedor a bordo de un mercante, reconociendo que cuando embarcó no tenía "un destino claro".

N.K. pasó 17 días de travesía marítima, "salía sólo una vez al día del container para comer", apunta, y tuvo varios compañeros de los que desconoce su suerte. "Posiblemente deje mi periplo en algún punto del Mediterráneo. Me trasladaron en una pequeña embarcación motorizada hacia una playa que me dijeron que era Europa", explica el iraquí.

"Cuando llegué a la costa escuché a la gente hablar en árabe, pero con un acento parecido al de Libia y Marruecos. Cuando me explicaron donde estaba, lo entendí todo", comenta. Ahora es toda una leyenda en el campamento de inmigrantes en el que permanece acogido.

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