¿Sabías que la flor de la platanera es comestible?

Por aquí es todavía un ingrediente poco conocido y que cuesta encontrar en los mercados. Y es que, pese a que somos un país productor y consumidor de plátanos, muchos posiblemente no sepan que la enorme flor de color morado -yema masculina, para ser exactos- que crece al final de la rama -raquis es el término técnico correcto- de la que surgen los racimos de plátanos se puede comer.

Utilizada sobre todo en la cocina del Sudeste Asiático, en Japón y en China, normalmente se consume cruda en ensaladas, aunque también se puede cocinar e incorporar como ingredientes a guisos de carne o pasta.

Para prepararla hay que retirar las hojas de color exteriores y lavar bien el interior, utilizando las hojas más tiernas. Para evitar que se oxide muy rápido se recomienda sumergirla en agua con limon o vinagre.  Y aunque el sabor no tiene nada que ver, la forma de limpiarla y prepararla puede recordarnos a una endivia de un tamaño considerable.

Pero parece que este ingrediente ha entrado ahora también en el radar de Occidente, siempre a la búsqueda de nuevos ingredientes para animar ensaladas, susituir la carne y dar un toque exótico a las fotos de Instagram.

Hace unos días, The Guardian hablabla de la banana blossom como uno de los nuevos productos de moda que algunos restaurantes y cadenas de supermercados ya incluían en sus platos preparados y recetas como sustituto de la carne. Un uso que, por cierto, nuna se le había dado en los países donde se utiliza desde hace siglos.

Algunos han ido un poco más allá y ya hablan de esta flor como el nuevo pescado vegano, gracias a su textura y sabor. De hecho, no es difícil encontrar recetas populares de pescado -como el fish and chips inglés- pero versionado con esta curiosa flor que, por cierto, también se vende ya enlatada.

Por ahora parece lejos de convertirse en el nuevo aguacate, pero veremos lo que tarda en colarse en la carta de los restaurantes más veggies del país.