Al parecer, según ha determinado la Brigada de Investigación de Incendios, el fuego comenzó tras descontrolarse una hoguera mal apagada que había servido para la quema de rastrojos, y cuyas llamas se avivaron por el fuerte viento que soplaba en la zona y que impidió que pudieran actuar medios aéreos en la zona.
En total, ardieron 2,8 hectáreas de superficie, la mayor parte matorral, si bien afectó a menos de una hectárea de pinar. Los árboles, aseguraron fuentes de la Junta de Castilla y León, "no ardieron en su totalidad, ya que el viento empujaba el fuego, por lo que podrán regenerarse.
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