Cannes 2015: Día 1: Cuéntame otro cuento, Garrone

¿De qué se habla en Cannes hoy? De Cannes en general. Las mismas conversaciones con todos los colegas que vas encontrando en los rincones del Palais des Festivals, en las colas de los pases a los que consigues entrar y a los que no consigues entrar, en las carreras por La Croisette para visitar a los publicistas… En todas partes se habla de lo mismo. ¿Cuándo has llegado? ¿Cuál es la película que más ganas tienes de ver? ¿Cuándo te vas? ¿Dónde te estás alojando? ¿Tan lejos? Vaya.

Y, claro, luego está la pregunta del millón. ¿Qué acreditación tienes? Uy, ay, ups… El que hace la pregunta no sabe dónde meterse cuando ve el color azul de tu acreditación. ¿Y con ‘eso’ cómo vives? ¿Cómo lo consigues? Pues con mucho esfuerzo, paciencia, buen humor y factor +50 de protección solar para no quemarte mientras esperas horas bajo el sol.

Ay si se entera Pablo Iglesias del sistema de clases de este Festival. Aquí sí que hay casta. Castas. Y, sin embargo, irónicamente los únicos conatos de rebeldía que se viven este año son los selfies. Ese acto “ridículo y grotesco”, según el director del Festival Thierry Frémaux, quien ha pedido incluso a las estrellas que dejen de hacerlo por el bien del glamour de Cannes y del decoro general. “Nunca sales tan feo como en un selfie”, dice. Y yo corrijo: Sí, en la foto de la acreditación azul.

¿Qué hemos visto? El plan inicial era el siguiente: película de inauguración fuera de competición, La tête haute, de Emmanuelle Bercot. Segunda vez que una mujer inauguraba el Festival en toda su historia, un gran momento, dicen, pero la película no estuvo a su altura. En los primeros minutos de La tête haute, cuando su protagonista (Rod Paradot, lo mejor de la película) grita e insulta sin parar con una ira frustrada, en su comparación con Mommy, estrenada en este mismo Festival el año pasado, salía obviamente perdiendo. Al rato pesa más el discurso social, el dardennismo, pero sin aportar nuevos puntos de vista. Y terminando con una cabeza bien alta demasiado obvia. La siguiente película en el plan: Our Little Sister, de Kore-eda. Ilusa. En la sala pequeña del Palais. Misión imposible. Las sensaciones que ha dejado entre los críticos consultados después han sido desiguales. La tercera y última parada del plan era Il racconto dei racconti (Tale of Tales), de Matteo Garrone. De la que sólo pude ver una hora, pero suficiente para quedarse enganchada a los cuentos de hadas, monstruos y reinas que cuenta el italiano en su tono excesivo y subversivo. ¿Y por qué vi sólo una hora? Porque vi una cuarta película de la que no me dejan hablar hasta el viernes.

¿Qué te has perdido? Kore-eda, y ya será prácticamente imposible de recuperar. Y hoy era el primer día. El tranquilo y relajado, dicen. ¡JA! De aquí en adelante la respuesta a esta pregunta será más larga que la anterior.

¿Qué has comido? Un croque-monsieur (sándwich de jamón, queso, bechamel) frío, muy frío, a la carrera por La Croisette. Medio se ha quedado en alguna papelera. Una pizza. Hay que tomar fuerzas. No me juzguéis, casta.

¿Con quién has hablado? Con colegas y más colegas. Y con publicistas rogando por entrevistas. Alguna charla ha dado sus frutos que se verán en los próximos días.

¿Qué esperas de la jornada de mañana?  Mad Max. Llega a Cannes un día antes que al resto del mundo. Promete llenar de adrenalina el Festival. Para luego relajarnos con Naomi Kawase y Radu Muntean. Además, empiezan las carreras cual Furiosa a por las entrevistas: Emmanuelle Bercot en la mañana y Emma Stone en la tarde.

Cannesometro: Ejem. Seguiremos informando.