La media tiene 22 años y nos visitan más trabajadores que estudiantes y el mismo número porcentaje de universitarios que de empresarios o directivos (19%). Además, prefieren dormir en un apartamento (35%) o en la casa de una familia malagueña (30%).

Estudian en los 32 centros de la provincia, cuya hora media de clase les cuesta 27 euros. Casi 50 euros al día se dejan aquí: en compras, bares y cafeterías. La mayoría proceden de Alemania (22%), pero también de Francia y Escandinavia.

El clima, lo mejor

Estos jóvenes tiran de cliché para describir las bondades de nuestra tierra. Estiman como satisfactorio el clima, la posibilidad de ir a la playa y el buen ambiente. Entre lo insatisfactorio, parece que llevan aquí toda la vida. Al igual que a los malagueños, les desagrada la limpieza, el tráfico y, aunque acuden, el estado de las playas.

Sus rasgos medios nos sitúan ante una joven de origen alemán, que permanece aquí casi 2 meses y que realiza excursiones y se va de compras. Se gasta unos 2.400 en viaje alojamiento y el curso. Además, más del 85% de los 520 extranjeros encuestados recomendaría a otros la escuela donde estudia (sólo un 2% lo desaconsejaría), pero sólo el 16% ya había estado en Málaga y ahora se encontraba repitiendo visita.

Mientras que Salamanca tiene gran prestigio entre americanos y japoneses, Barcelona se lo ha ganado entre los alemanes. El 30% de los que vienen aquí elegiría esta ciudad, nuestro principal competidor, para estudiar español.