José Luis, en 'First dates': "En el salón de mi casa tengo al general Franco presidiendo la mesa"

  • Sonia, su cita: "Creo que las mujeres se aprovechan mucho de los hombres cuando se separan".
José Luis, en 'First dates'.
José Luis, en 'First dates'.
CUATRO
José Luis, en 'First dates'.

En algunas citas de First dates, pese a tener muchas cosas en común, los pequeños detalles son los que hacen que el amor no surja entre las dos personas que se han citado en el restaurante de Cuatro.

Y eso es lo que les pasó a Sonia y José Luis, que pese a ser muy patriotas o tener la misma ideología; las diferencias en temas como el tabaco, el alcohol o los tatuajes hicieron fracasar su cita este miércoles.

El primero en ser recibido por Carlos Sobera fue el guardia civil "por vocación" ya retirado "por un cáncer que ya he superado", que admitió que iba buscando "una mujer elegante, educada, que sepa estar. Soy tolerante, pero si no comulgamos en la forma de pensar habría un choque ya que soy muy patriota. Si me viene una del coletas...".

El de Valdepeñas confesó que "España para mí es mi madre, mi alma y mi familia. A todas las amigas que vienen conmigo les digo que, si hay un conflicto, apartaos que yo voy a intervenir". Además, dejó una declaración que sorprendió a más de uno: "En el salón de mi casa tengo al general Franco presidiendo la mesa. Que la gente me tilde de lo que quiera. ¿De franquista? Me da igual".

Sonia, por su parte, llegó de Zaragoza admitiendo que "soy de derechas de toda la vida. Ahora un poco de centro desde que apareció Albert Rivera". La asesora comercial habló de sus gustos, y es que "me gustan los toros y el mundo taurino, el fútbol, las motos, los coches, el vino y pasármelo bien. Menos las mujeres, me gusta todo lo que le gusta a los hombres", comentó entre risas.

Parecía que, a priori, tenían muchas en común para que el amor triunfara, pero nada más lejos de la realidad. El exguardia civil reconoció que "soy muy cuadriculado" y no le gustó nada que Sonia tuviera tatuajes, aunque uno de ellos fuera de la bandera de España; ni que bebiera porque "yo solo bebo en casa. Si me tomo una copa de vino y me paran mis compañeros volviendo a Valdepeñas daría positivo"; ni que fumara porque "en cuando te he escuchado he sabido que fumabas, por el tono de voz. Las fumadoras tenéis un tono grave y me gustan más los tonos dulces y agradables. No es que una fumadora tenga el tono desagradable, sino que...", pero no pudo acabar la frase ante la mirada de su compañera.

Tras tales afirmaciones, la zaragozana reconoció que "no me gustan los hombres tan cuadriculados y menos en cosas que no tienen importancia". Pero añadió que "creo que las mujeres se aprovechan mucho de los hombres cuando se separan y creo en la igualdad. Ni soy machista ni feminista, todos somos iguales".

Al final, las cosas negativas se impusieron a las positivas y ninguno de los dos quiso tener una segunda cita y no se dieron ni un beso de despedida.

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