El 'shock' de quedar en libertad después de 20 años metido en una cárcel

Hombre preso.
Hombre preso.
GTRES
Hombre preso.

Eran las 11.10 horas del sábado pasado, 4 de mayo. Entonces, un hombre de 56 años que llevaba dos décadas encarcelado en la prisión provincial de Huelva quedó en libertad: había cumplido su condena por abusos sexuales familiares, que en un principio debería haber sido de 36 años pero que debido a la acumulación de varios delitos, finalmente quedó en 20. Unas seis horas después de pisar el exterior, a las 17.00 de la tarde, volvió a plantarse en las instalaciones penitenciarias pidiendo que le dejasen continuar en prisión porque no tenía otro sitio al que ir. Ante la negativa, optó por cortarse el cuello ante la gente que rondaba por allí, entre ellos familiares que iban a visitar a algunos internos. Los médicos de la cárcel le atendieron y fue enviado al hospital Juan Ramón Jiménez de la ciudad, donde este lunes se recuperaba de la herida que se autoinfligió.

La psicóloga de instituciones penitenciarias María Yela, con la que ha hablado 20minutos, explica que "la prisión, en general, infantiliza mucho a la gente. Cuando son tantos años de prisión [20 en este caso], se produce el denominado efecto de prisionización, que consiste en acostumbrarse a vivir ahí y a no ser una persona madura, responsable, a no tener proyectos de futuro... Hay gente, sobre todo en invierno, que comete delitos menores para volver a estar en ese medio que conoce, la cárcel, donde se manejan, donde son alguien. En la calle no tienen a nadie o sienten que no tienen futuro".

"Este preso no tenía mal comportamiento, por eso se le dio la libertad condicional hace dos años, pero en ese periodo delinquió", cuenta el director de la cárcel onubense, Raúl Barba, a este medio. Al ingresar en una ONG, apuñaló a un compañero, por lo que la libertad condicional le fue denegada y volvió a ingresar en la cárcel.

Falta de personal

Sobre este episodio violento, la psicóloga matiza que el hecho de que "en prisión se comportase bien no significaba que luego en la realidad de la calle se fuese a comportar bien [...] En prisión, por muchos programas que se intenten hacer, hay mucho miedo y desconfianza. Y esa persona, hoy por hoy, no está preparada para salir". Por ese motivo, la experta pone el énfasis en que "hay que dar un paso más allá y darse cuenta de que cuanto más intervengamos con las personas, menos reincidencia futura va a haber. Necesitamos mucho más tanto de las ONG como de las instituciones penitenciarias y los ayuntamientos".

Con esta postura coincide José Juan Serrano, el delegado provincial de Acaip en Huelva: "No es un caso aislado. Sucede por la falta de adaptación al medio de los reclusos. Eso se debe a una falta de personal y también a una falta de encauzamiento en lo que se refiere a la conexión con el exterior", una carencia con la que el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, parece no estar de acuerdo. Este lunes defendió ante los medios que el sistema penitenciario español es "modélico".

En la prisión donde se ha producido el incidente hay tan solo 12 trabajadores sociales para los casi 1.200 presos que se encuentran en ella, 2 menos de lo que establece la RPT (el instrumento con el que las Administraciones Públicas diseñan su estructura de personal). Ellos son quienes, entre otras funciones, dan apoyo a los internos en su última etapa en prisión de cara la reinserción social.

Antes de lo ocurrido este sábado, el preso había "recibido atención continua. Se le habían ofrecido desde ONG hasta albergues [para su reinserción]. Aparte, él tenía una pensión no contributiva con la que podía vivir perfectamente. De hecho tenía una cantidad de dinero ahorrado bastante grande [13.000 €].Vamos, que desamparado no estaba bajo ningún concepto. Se había hablado con él por activa y por pasiva, pero ha habido una negativa a cualquier tipo de ayuda exterior. Por ejemplo, una ONG exigió como requisito que él no fumara y, como era fumador, dijo que no le interesaba".

Intento de suicidio en la misma cárcel

El delegado provincial de Acaip en Huelva recuerda otra situación que se vivió hace aproximadamente 15 días en la prisión en la que el hombre se ha cortado el cuello , escena en la que él estuvo presente: "Un interno que a los tres meses iba a quedar en libertad se intentó suicidar con un consumo abusivo de sustancias psicotrópicas. Dejó una nota de suicidio en la decía que después de 20 años en prisión, le era inviable vivir fuera".

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