La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Castellón ha condenado a tres años y nueve meses de prisión por un delito de estafa a un carnicero que camufló carne de caballo entre los lotes de vacuno. Deberá indemnizar con 932.000 euros a la empresa a la que se los vendió.

El condenado deberá hacer frente también a una multa de 2.400 euros, según han informado fuentes del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana tras la sentencia hecha pública este lunes.

Según recoge el fallo, el mayorista se dio cuenta del fraude después de que algunos de sus clientes se lo comentaran. Unos comentarios que, tras reclamaciones y demandas, finalizaron en una compensación de más de 465.000 euros.

El carnicero condenado deberá indemnizar a esa empresa con esa misma cantidad, así como con otros 467.000 euros en concepto de lucro cesante- pérdida de una ganancia legítima.

El acusado tenía una sala de despiece en un polígono industrial de la ciudad de Castellón, donde elaboraba los lotes de carne deshuesada. Posteriormente los vendía a mayoristas que revendían a firmas mintoristas.  La carne procesada era de ganado vacuno, equino y de ciervo , comprados al por mayor.

Entre 2012 y 2013, el carnicero introdujo de forma clandestina parte de carne de caballo, de menor valor que la de vaca, en los lotes de vacuno que vendía a una empresa mayorista de la localidad valenciana de Torrent.

En las etiquetas de trazabilidad de esos lotes, donde figuran datos como el tipo de carne, la fecha de sacrificio del animal, el país de nacimiento o el de crianza, sólo se especificaba que el producto suministrado era íntegramente vacuno.

La empresa distribuidora, con sede en Torrent, ignoraba que dicho lotes contenían también equino hasta que fue advertida, en enero de 2013, por sus propios clientes.

Los lotes de carne afectados habían sido distribuidos entre esos clientes minoristas sin manipular y con el mismo formato con el que venían desde la empresa del condenado, salvo una modificación del etiquetado.

Según el tribunal, la presencia de carne de caballo en esos lotes de vaca "generó una alarma entre los consumidores y los eslabones intermedios de la cadena que pusieron en entredicho la existencia de los controles para garantizar la seguridad alimentaria en la sociedad".

Los productos susceptibles de llevar carne de caballo entre sus ingredientes y que estaban a disposición del consumidor final fueron retirados del mercado.