Este año, las rentabilidades de todos los fondos de renta variable están siendo muy altas.
Este año, las rentabilidades de todos los fondos de renta variable están siendo muy altas.
ARCHIVO

Invertir en acciones

De entre todas las alternativas de inversión para el ahorrador a largo plazo, la renta variable es, sin duda, la favorita. Al invertir en acciones, el inversor de largo plazo espera obtener más rentabilidad que la proporcionada por bonos emitidos por esas mismas empresas en un mismo horizonte temporal y, desde luego, más que en deuda pública.

Esta es una de las leyes clave de las finanzas: el inversor exige mayor rentabilidad en proporción al riesgo asumido en sus inversiones. Exige una prima por riesgo, que será mayor cuanto más inestable sea el negocio o, en general, cuanta más incertidumbre exista.

La evidencia histórica demuestra que invertir en capital de manera diversificada resulta más rentable que hacerlo en deuda, siempre que lo midamos en períodos de tenencia muy largos. Esta situación se da en todas las geografías e, incluso, a pesar de la alta volatilidad a corto plazo de la renta variable.

Elementos clave

Dos son los elementos clave para que la ley financiera de 'a mayor riesgo asumido, más rentabilidad' juegue a nuestro favor como inversores: que el desembolso sea a largo plazo -de tal forma que en el tiempo se compensen los efectos positivos o negativos de los diferentes ciclos- y que esté debidamente diversificada -en sectores con más o menos estabilidad de ingresos y en empresas con historiales claros o cambiantes-.

Somos capaces de invertir a largo plazo si no necesitamos vender lo que hayamos abonado hasta alcanzar un hito: la jubilación es el más frecuente, pero existen muchos otros. La longitud del horizonte de inversión, junto a la aversión al riesgo -entendido como volatilidad a corto plazo- son los factores fundamentales que marcan nuestro perfil como inversores.

Estrategia de diversificación

He aquí la cuestión. Para captar los efectos positivos de las primas de riesgo en la rentabilidad final de nuestra inversión a largo plazo debemos diversificar, no jugarlo todo a unas pocas acciones. El papel de los fondos de inversión de renta variable es precisamente ese: conformar carteras muy diversificadas (con un límite legal mínimo de 20 acciones).

Existen muchos tipos de fondos de acciones, como son los fondos -índice, los de gestión activa, los enfocados a un sector determinado o en una geografía concreta o los que siguen una estrategia de inversión basada en un factor determinado. Además, pueden convivir con otros activos, como ocurre con los fondos perfilados -que tiene más acciones cuanto más avanzado sea su perfil- o con los fondos mixtos, que incluyen pesos predeterminados de acciones y bonos.

Finalmente, los fondos de acciones pueden formar parte de una cartera de fondos de todo tipo, gestionada activamente de acuerdo con unos principios marcados por el inversor y su perfil; siendo una cartera directa o un fondo (fondo de fondos).

Este año, las rentabilidades de todos los fondos de renta variable están siendo muy altas porque las bolsas han recuperado las caídas que habían tenido lugar a finales de 2018. Como consecuencia, los fondos perfilados o mixtos han subido mucho más de lo normal y los fondos de acciones vuelven a estar de moda, volviendo a poner sobre la mesa los debates sobre cuál es la mejor estrategia inversora.

En Bankia los clientes pueden elegir todo tipo de fondos y con Bankia Gestión Experta también disponen de cualquier perfil de cartera gestionada.

El fondo con espectro más amplio y flexible de inversión es Bankia Renta Variable Global, que invierte en cualquier geografía o sector con potencial de revalorización a través de otros fondos especializados, por lo que su grado de diversificación en acciones es máximo. En los tres primeros meses de 2019 su rentabilidad ha sido del 13%.

En contraste, existen fondos que siguen estrategias de factor más definido, como Bankia Small & Mid Caps, que invierte en valores consolidados pero pequeños bajo la idea de que ofrece una prima por riesgo mayor que los grandes, cifra que el fondo trata de capturar con una cuidada selección basada en un análisis fundamental. Su rentabilidad ha sido del 8,35%.

Hasta los fondos de fondos de gestores especializados están presentes. Dos son los más consolidados entre nuestros clientes: Bankia Gestión de Autor, que hace una selección de tipo 'artesanal' de propuestas especializadas y reputadas de unas 10-12 gestoras españolas. Su rentabilidad ha sido del 7,4%.

Y finalmente, Bankia Futuro Sostenible, un fondo de fondos que invierten en acciones de empresas y proyectos que tengan un impacto positivo social o medioambiental, a una escala global, consiguiendo un 11,9% en el primer trimestre.