El 28-A tritura el bipartidismo, que cae al 45,38% del voto, su peor registro de la democracia

  • El bipartidismo anota su marca más baja tras la irrupción de Podemos y Ciudadanos, en 2015, y la incursión de Vox.
Imagen del hemiciclo del Congreso de los Diputados, completamente vacío.
Imagen del hemiciclo del Congreso de los Diputados, completamente vacío.
Andrés Ballesteros / EFE
Imagen del hemiciclo del Congreso de los Diputados, completamente vacío.

Los dos partidos hegemónicos tradicionales, el PP y el PSOE, han sumado un total de 11.805.436 votos (189 escaños) con el 99,72% del voto escrutado, lo que alcanza un 45,38% de los sufragios emitidos este domingo por los españoles. Estos resultados suponen una pérdida de 29 escaños respecto a las generales de 2016 y un descenso del 16,32% de apoyo de electores.

El respaldo al bipartidismo se anota así su marca más baja de la reciente historia democrática, tras la irrupción de Podemos y Ciudadanos en las generales de 2015, primero, y la incursión de Vox en los comicios de este domingo.

Este domingo, de los dos partidos mayoritarios el PP ha sufrido un importante descalabro al pasar de 137 escaños a 66, lo que supone que se ha dejado por el camino más de 3,5 millones de votos y un 16,32% de respaldo.

Podemos y Ciudadanos, 'culpables'

Tras las elecciones de diciembre de 2015, los 69 escaños con los que el partido de Pablo Iglesias y sus marcas desembarcaron en el Congreso y los 40 obtenidos por Ciudadanos certificaron ya el fin de un bipartidismo que venía dominando la escena política española desde las primeras elecciones democráticas, en 1977.

En esos comicios, 'populares' y socialistas sumaron su apoyo más exiguo, al obtener un 50,72% de los sufragios, lo que se tradujo en 213 diputados, un registro que mejoraron en las elecciones que se celebraron seis meses después, en junio de 2016, cuando el 55,64% de los españoles confiaron su voto a los dos partidos mayoritarios, subiendo a 218 escaños.

Los resultados cosechados en ambas citas electorales están, no obstante, muy lejos de los de los comicios inmediatamente anteriores, los de 2011, cuando PP y PSOE sumaron 17.870.077 votos (296 escaños) en la última consulta electoral, alcanzando un porcentaje del 73,39%.

En este caso, la clave estuvo en el derrumbamiento del PSOE pues el PP ganó las elecciones con mayoría absoluta (186 diputados). En aquel entonces, el único partido que había conseguido desestabilizar levemente el bipartidismo imperante fue Unión, Progreso y Democracia (UPyD), que entró en el Palacio de la Carrera de San Jerónimo con cinco diputados.

El punto álgido, en 2008

El punto álgido del bipartidismo llegó con los resultados que arrojaron las elecciones generales de 2004 y 2008, en las cuales acabó gobernando el PSOE de José Luis Rodríguez Zapatero, en ambas sin mayoría absoluta.

En las primeras, PP y PSOE sumaron 312 diputados (81,3%), pero el cénit fue en 2008, cuando coparon el 83,81% de los votos y llegaron incluso a los 323 escaños, dejando sólo 27 plazas del Congreso para todas las formaciones minoritarias, que fueron clave para que Zapatero pudiera gobernar con lo que se denominó geometría variable.

Hasta ahora, la máxima representación de las formaciones minoritarias se había alcanzado en 1989, cuando tuvieron 68 escaños en el Congreso frente a los 282 de la suma del PSOE (175) y del PP (107). También hubo diversidad en las dos primeras elecciones, con la UCD de Adolfo Suárez y el PSOE acaparando 284 y 289 diputados en 1977 y 1979, si bien en esos años la Alianza Popular (antecedente del PP), era una de las formaciones minoritarias.

Pero este domingo, tras los resultados que han arrojado las urnas, los grupos minoritarios se han repartido un total de 161 escaños, la mayor cifra de la democracia, frente a los 189 que han quedado en manos del PP y el PSOE.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento