Irene Villa, víctima de ETA en 1991, no se encuentra en su mejor momento. Una de las prótesis que lleva en sus piernas le está dando problemas. El tornillo que lleva en el fémur desde hace siete años se partió el día antes de marcharse de viaje hacia Tailandia.

"Que eso me iba a parar? Ni en broma!! Y efectivamente han sido unos días mágicos e inolvidables en un país quizás no tan 'handicap friendly' como España pero friendly & amazing... un rato", escribía la licenciada en Ciencias de la Información en su cuenta de Instagram.

Ha tenido que volar hasta Suecia donde la operó el doctor Branemark. "Ahora, entre avión y avión para llegar a Gotemburgo, donde paso por 'boxes' cuando el tornillo lo requiere", prosigue en una publicación del pasado 23 de mayo.

Lo que parecía un intervención fácil se ha terminado complicando. "Los médicos suecos no han encontrado la manera de solucionar el problema de mi tornillo oseointegrado. Una parte ha quedado soldada a la parte interna del fémur y han sido incapaces de despegarlo", comenta en la red social.

Al parecer, tendrán que fabricar unas herramientas nueva para sacar el tornilo y la volverán a intervenir el próximo 14 de mayo. Mientras tanto, "antibióticos, silla de ruedas y muletas", cuenta la madre de tres.