El etiquetado también debe advertir de la peligrosidad del producto o de sus partes integrantes, cuando su uso pueda provocar riesgos. Además, debe etiquetarse individualmente cada producto, aunque forme parte de un conjunto integrado, si se pueden vender por separado.

Consumo recomienda revisar que el etiquetado contenga la siguiente información: origen del producto, denominación comercial del producto, (excepto en los casos que sea totalmente identificable como un silla, mesa o armario), composición de todas las partes del mueble tanto si son visibles como si están ocultas, lote de fabricación cuando el proceso se realice en series identificables, condiciones especiales de transporte, montaje o consejos de limpieza, e indicaciones de la empresa. También debe contar con el nombre o razón social, dirección del fabricante, vendedor o importador, número de registro industrial del fabricante e identificación fiscal del vendedor cuando el mobiliario sea de cuero o piel.

La directora general de Protección de Consumidores y Usuarios, Ros Cihuelo, ha recordado que el etiquetado facilita la comparación entre productos, especialmente cuando se busca una característica concreta, y permite tomar la decisión de compra con mejor criterio.

Respecto a los aspectos económicos, el consumidor debe conocer el precio final de venta al público (IVA incluido), el coste del porte, instalación y montaje que puede ser incluido en el precio final de la etiqueta o puede ser indicado aparte por el establecimiento. Los productos comprados tienen una garantía de dos años.

Cihuelo ha recomendado guardar siempre la etiqueta del producto y la factura de compra, así como cualquier otro tipo de documento relacionado con el producto necesario para cualquier reclamación en periodo de garantía, ya que la etiqueta es una garantía de seguridad. Por lo que, si no se puede leer correctamente o no se entiende el contenido de una etiqueta, preguntar a una persona de atención al público del establecimiento.

Los motivos más frecuentes de las reclamaciones son las demoras en la entrega, cuestiones relacionadas con la garantía e irregularidades en la publicidad y en menor medida en los precios.

MENOS INCIDENCIAS

El sector del mueble es uno de los que menos incidencias registra cada año, en cuestión de seguridad. En 2018 se notificaron 19 productos, los cuales fueron comunicados por los propios fabricantes en la mayoría de las ocasiones, tras haber detectado alguna incidencia. Los riesgos en estos casos hacen referencia a inestabilidad del producto, deficiencias en sistemas antibloqueo y otros defectos de construcción.

La Dirección General de Consumo de Aragón ha impulsado la corregulación en el mercado, en materia de cláusulas abusivas en los contratos celebrados con los consumidores proporcionando apoyo técnico y legal.

Además, ha puesto a disposición de los ciudadanos un modelo de contrato de compraventa de muebles sin cláusulas abusivas. Este modelo, elaborado conjuntamente por la Asociación de Comerciantes de Muebles de Zaragoza y Aragón (Acomza) y el Consejo Aragonés de Consumidores y Usuarios, puede ser consultado por los ciudadanos que quieran adquirir muebles, en la página web de Consumo del Gobierno de Aragón.