¿En cuántos días grabaron el primer disco y en cuántos este último?

El primer disco fueron cinco días, el segundo lo grabamos en dos semanas y para éste, hemos tenido casi un mes. Además, grabábamos una canción cada día. Veías cómo evolucionaba el tema de la mañana a la noche. Un método de los productores que nos gustó. Nunca lo habíamos hecho así.

¿Cómo se entendían con el productor Ken Coomer (ex batería de Wilco)?

No hablaba nada de español y nosotros ingles, lo justo. Un amigo nos hacía de intérprete, aunque el idioma de la música es universal. Con el productor del segundo disco, igual. Hablábamos entre todos, si uno decía el sujeto, otro le ayudaba con el predicado. El del primer disco sí que sabía español. Eso sí, los americanos se aprendieron todo el argot granadino.

A colación del título del disco, ¿cómo afecta el paso del tiempo a un grupo?

Pues te da un cambio de perspectiva, ves las cosas de otra forma. También conoces mejor cómo funciona todo lo que hay alrededor de la música y tienes más experiencia, aunque nosotros continuamente estamos aprendiendo y no sentimos que hayamos llegado ya a la meta, sino que es sólo un paso más.

Y las esperas entre disco y disco, la grabación, la gira, ¿hay muchos tiempos muertos entre una cosa y otra?

Sí, hay un desfase pero es así. A nosotros nos gustaría empezar a tocar las canciones al día siguiente de grabarlas, que es cuando estás metido en ellas, pero hay unos tiempos: sale el disco, se hace una gira…También, nosotros durante una época nos volcamos en componer y cuando ya estás inmerso en las presentaciones del disco tampoco queda tiempo para componer ni nada más.

¿Tenían mucho material preparado para el nuevo disco que se ha hecho esperar?

Sí. Teníamos 25 canciones y nos quedamos con 13. Hay variedad en el disco. Por ejemplo, las tres en la que canto yo (Álex) eran composiciones mías y pensamos que podía defenderlas mejor con mi voz.

Y cuando toque cantarlas en directo, ¿serán unos nervios nuevos?

Cuando llegue el momento se me olvidará, me beberé dos cervezas y ya está. Pero sí, los nervios siguen ahí pero no sólo en los conciertos. Alfredo (bateria) no pudo dormir nada el día antes de la grabación.

En el videoclip de Luces de Neón sale conduciendo Noni y acaban estrellados. ¿Cómo ponen a conducir al único que no tiene carné?

Pues sí, justo conducen los dos que no tienen carné, Sergio y Noni, aunque en la grabación pasamos todos por el volante. El vídeo creo que muestra muy bien lo que la canción quiere expresar y estamos muy contentos de cómo ha quedado. Fue un placer trabajar con Félix Viscarret, director de Bajo las estrellas.