Concepción Alhama dirige desde hace una década la Escuela Internacional de Protocolo de Elche, un centro de estudios que, en colaboración con la UMH, imparte títulos que van desde el graduado universitario al curso de experto en imagen y marketing personal. Estos diez años le han dado para muchas anécdotas y una enseñanza, “el protocolo ayuda a solucionar problemas”.

Los profesionales formados en protocolo son cada día más demandados por instituciones y, especialmente, por empresas. La jerarquía de un país o una comunidad autónoma no difiere mucho del organigrama de una corporación con directores generales, ejecutivos, delegados de zonas,… así que el encaje en presentaciones de productos o convenciones de negocios no siempre es fácil. “Ayudamos a facilitar la relación entre personas” indica Alhama, quien defiende el protocolo como “una herramienta y no un corsé, de manera que ‘romper el protocolo’ también es parte del mismo”.

Es por eso que el papel de estos profesionales es “mejor cuanto menos se nota” y como ejemplo cita la cumbre árabe-israelí que se celebró en los noventa en Madrid, todo un encaje de formas diversas de entender las relaciones y protocolos. “Son culturas distintas que hay que conciliar, además se tuvo especial cuidado en los detalles”, por ejemplo “se descolgó un tapiz que contenía una escena bélica contra el Islam”.

Pero su labor cotidiana también reporta importantes beneficios. Muchos hoteles ya cuentan con un departamento de eventos que requiere de estos servicios, así como las empresas que quieren cuidar el trato y la imagen exterior. No es extraño que la labor de los alumnos de la Escuela de Protocolo se saldara con un premio internacional por su colaboración en el Campeonato Europeo de Windsurf celebrado en Santa Pola. Fruto de ese buen trabajo es que la ciudad será sede, en 2009, del Campeonato Mundial.

Disponer de profesionales en materia de relaciones institucionales resulta de gran utilidad para administraciones como el Ayuntamiento de Elche, que la semana pasada firmó el más reciente de los 100 convenios de prácticas que tiene suscritos la Escuela, pero sus conocimientos son también bienvenidos en ocasiones curiosas, como es el caso de funerales de personas populares. Sentar correctamente a los allegados y administrar “cómo se da el pésame sin levantar suspicacias ni comparaciones” es, desde luego, todo un arte.

CONSULTA AQUÍ MÁS NOTICIAS DE ELCHE.