Los restos del barco hallado en la playa puntaumbrieña de El Portil el pasado mes podrían pertenecer a un navío construido en Holanda entre finales del siglo XVII y comienzos del XVIII, aunque también podría ser del siglo XVI, datación que tampoco no se ha descartado. A la espera de que la prueba del carbono 14 ofrezca resultados concluyentes, las primeras investigaciones arrojan esta teoría sobre el denominado pecio de Matagrana, descubierto el 14 de febrero tras un fuerte temporal.
Las muestras han sido remitidas al Centro Nacional de Aceleradores de Sevilla y además de la cronología se conocerá la especie arbórea a la que pertenecen las partes del barco, que constituyen sólo entre un cinco y un diez por ciento del total, aunque son suficientes para conocer que tenía 16 metros de eslora y cinco de manga. No obstante, también se está pendiente del resultado de otros análisis a partir de los cuáles se podrá determinar la tipología y funciones. Al respecto, el delegado de Cultura, Juan José Oña, avanzaba que "el barco podría haber dejado de navegar, dedicándose a una actividad de tipo industrial relacionada con la pesca en la Costa".
Mientras se ha ido desenterrando, no sin evitar que la estructura pierda su forma, también se ha tratado de ir desalinizando y desecando las piezas, que presentan grietas y deformaciones. Una vez concluido este trabajo el pecio fue cubierto con un toldo y una cubierta de plástico para mantener las condiciones de humedad. Ahora los trabajos se centran en garantizar la correcta conservación de la madera, enterrada y sumergida durante muchos años, por lo que se recomienda que mantenga las mismas condiciones que donde estaba depositado.
Para su tratamiento la Delegación de Cultura está en contacto con una entidad especializada de Cartagena, proceso que se ha estimado que tendrá una duración de en torno a cuatro años, ya que "las piezas deberán tratarse en cámaras especiales", dijo Oña. Además se está contando con el asesoramiento de expertos internacionales en construcciones navales como el francés Eric Rieth (Centro Nacional de Investigaciones Científicas de Francia) y Manuel Izaguirre (Técnico de la Diputación Foral de Guipúzcoa), mientras que el Seprona de la Guardia Civil y el Ayuntamiento de Punta Umbría se encargaron de la vigilancia del hallazgo.CONSULTA AQUÍ MÁS
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