La obra traza la trayectoria vital de aquellos militantes que tuvieron alguna actividad política o sindical desde el último tercio del siglo XIX hasta mediados del XX.

En este cuarto volumen, realizado en colaboración de Ana María González Gil, se han incluido más de seiscientas voces correspondientes a las letras 'M' y 'N'. Una vez completados todos los volúmenes, la obra recogerá las semblanzas de unos tres mil socialistas y ugetistas.

Ángel García-Sanz ha explicado que "la elaboración del trabajo se ha visto lastrada por la carencia de fuentes primarias que impide conocer las vicisitudes de las organizaciones obreras de Pamplona y de los pueblos más importantes de la provincia". "No obstante, la consulta de nuevas fuentes archivísticas (documentación de las cárceles de Pamplona y Tudela, etc.) ha permitido trazar algunos aspectos poco conocidos de muchas de las semblanzas contenidas en el libro", ha apuntado.

REIVINDICACIONES DE LOS OBREROS NAVARROS

Para la elaboración del libro se han utilizado, entre otras, fuentes hemerográficas, lo que ha permitido obtener información que muestra la conflictividad obrera en la Navarra de la época y abren nuevas perspectivas a la hora de elaborar una Historia social de la Navarra contemporánea, "tarea a la que quiere contribuir este diccionario", han destacado los autores.

Según consideran, algunos de los más de mil trabajadores navarros, muy probablemente en su mayoría pamploneses, que firmaron la Exposición de la clase obrera de 1855 debieron de seguir activos en sus reivindicaciones, al menos durante algún tiempo. Y ello porque en 1856-1857 se produjeron en Pamplona una serie de desórdenes, peticiones de un aumento de jornal e incluso alguna huelga. El Eco de Navarra se lamentó entonces de que tales "exigencias" revolucionarias, propias de Francia e implantadas ya en Barcelona y otras ciudades españolas, se dieran en Navarra. Igualmente, según El Correo de Navarra, en 1863 un grupo de trabajadores se arremolinaron en las oficinas del ferrocarril en actitud tumultuosa, por lo que una parte de ellos fueron encarcelados, explica Ángel García-Sanz.

"Desde luego, estas noticias son aisladas y de escaso relieve, pero ayudan a entender mejor la floración internacionalista de 1872, cuando, en Pamplona se afiliaron a la Primera Internacional más de trescientos obreros", asegura.

"Por otra parte, si se tiene en cuenta también la información sobre algunas huelgas en las últimas décadas del siglo XIX y principios del XX , la imagen de una provincia levítica y regida por costumbres patriarcales se cuartea un tanto y explica la expansión de las organizaciones obreras antes de la última guerra civil", concluye el catedrático.

Ángel García-Sanz Marcotegui, catedrático de Historia Contemporánea en la Universidad Pública de Navarra, es autor de numerosos trabajos de investigación sobre la historia política y social de Navarra de los siglos XIX y XX. Entre sus libros más recientes destacan 'El fuerismo constitucional y la Diputación de Navarra (1841-1923)', 'La identidad de Navarra. Las razones del navarrismo (1866-1936)', 'Liberales navarros en la primera guerra carlista. Los cuerpos francos y el motín de 1837' o 'Liberales navarros a través de sus textos (1820-1823)'.

Por su parte, Ana María González Gil es licenciada en Bellas Artes por la Universidad del País Vasco y en Antropología Social y Cultural por la UNED. Asimismo, ha cursado el máster de investigación en Historia, Espacio y Patrimonio en la Universidad Pública de Navarra.