"Sentimientos de que todavía hay pueblos de España donde no hay libertades", sostuvo Albert Rivera este lunes después de lo vivido en Rentería, donde un grupo de abertzales intentó boicotear un acto de Ciudadanos. El presidente naranja aseguró en otro acto de campaña junto al colectivo de motoristas, que con lo vivido en el País Vasco sintió "temor" por sus compañeros, pero también "orgullo de ser constitucionalista".

Rivera avisó de que no se puede "asumir que la violencia se convierta en normal" y recordó que quienes promueven este tipo de actos "son los socios de Gobierno de Sánchez". Desde Cs se lanza un claro aviso de campaña: "El terrorismo ha acabado pero el nacionalismo sigue ahí, por eso no se puede gobernar con quienes promueven esto".

"Espero que algún día podamos ir a cualquier pueblo de España sin seguridad, sin que te insulten, sin acoso. Quiero un país desde el respeto", añadió Rivera, antes de criticar duramente la actitud de Podemos. Pidió al partido de Iglesias que en vez de criticar a las víctimas, condene esas situaciones y les pidió "preocuparse más de los votos que van a perder".

Achacó estos momentos a lo que se hizo mal en el pasado. "Este país no olvida que las víctimas son los buenos y los matones son los malos", esgrimió, pero dejó claro que sigue siendo necesario "un plan para recuperar la convivencia en Euskadi y Cataluña".

No quiso hablar de medidas sobre lo sucedido en Rentería. "Nosotros nos vamos a dedicar a hacer campaña, a proponer y a construir", continuó el líder de Ciudadanos", que sí espera que la Fiscalía pueda actuar: "Ahí está lo que pasó, ahí están las caras".

En otro orden de cosas, Albert Rivera anunció que si llega al Gobierno, mantendrá un "compromiso en los primeros 100 días de gobierno para sustituir los guardaraíles y sustituirlos por sistemas seguros para los conductores". Considera además imperioso "incrementar el mantenimiento de las carreteras", sobre todo en los puntos negros.