Unos 15.000 extremeños padecen en la actualidad algún tipo de demencia, de los que más del 50 por ciento presentan la enfermedad de Alzheimer, lo que supone una "alta prevalencia" de esta patología, que ha crecido en los últimos años en la región.

Son datos del Servicio Extremeño de Salud, que destaca además, que en los últimos años están creciendo las enfermedades crónicas que conllevan un alto nivel de dependencia. De ahí la necesidad de que la demencia sea abordada no sólo desde el punto de vista sanitario sino también social, que es lo que pretende el Plan Integración de Atención Sociosanitaria al Deterioro Cognitivo en Extremadura (Pidex), que se puso en marcha en marzo de 2007 . Desde la puesta en marcha del Pidex hasta finales de 2007 se han atendido en las Consultas de Deterioro Cognitivo a

Pacientes diagnosticados

De estas personas que visitaron las consultas, un 21 por ciento de ellas no presentaban deterioro cognitivo, frente al 79 por ciento que sí fueron diagnosticadas. Cabe destacar además que el 38 por ciento de ellos sufría la enfermedad de Alzheimer, el 16 por ciento presentaba un deterioro cognitivo leve y el 11 por ciento, demencias vasculares.

El gasto total de la Junta de Extremadura en el ámbito de las demencias en 2007 fue de 9,89 millones de euros, a los que habría que sumar siete millones de euros más gastados en las residencias para estas personas.

En la actualidad Extremadura cuenta con consultas específicas de deterioro cognitivo en las áreas sanitarias de Plasencia, Cáceres, Badajoz, Mérida, Llerena-Zafra y Don Benito, y además de 20 servicios de estimulación cognitiva repartidos por toda la región.

Previsiones para 2008

El Pidex llevará a cabo varias acciones en el ámbito de las demencias, entre las que destaca la creación de lo que se ha denominado el Teléfono de las Demencias, al que podrán llamar tanto pacientes como familiares para consultar distintos aspectos de la enfermedad y su tratamiento.

También se prevé reformar la cualificación de la enfermería de Atención Primaria en el abordaje no farmacológico de las alteraciones de la conducta.

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