¿Qué es el 2-CB o "Pantera Rosa"?

Muestras de 2-CB.
Muestras de 2-CB.
POLICÍA NACIONAL
Muestras de 2-CB.

Recientemente, los cuerpos de seguridad españoles han empezado a realizar incautaciones de una droga poco conocida hasta ahora en nuestro país, pero que ha causado una cierta alarma social: el 2-CB, también llamado "tucibí", "nexus" o "Pantera Rosa".

En realidad, se trata de una droga de diseño con cierto recorrido, ya que fue sintetizada por primera vez por el químico Alexander Shulgin en 1974. De hecho, el proyecto Energy Control, de la ONG Asociación Bienestar y Desarrollo, (que recoge muestras de sustancias que circulan en el mercado ilegal para analizarlas y documentarlas) lleva detectando su presencia en España desde al menos 2006, aunque normalmente en pastillas que se vendían como éxtasis (MDMA)

El 2-CB es una feniletilamina (y por tanto, es una sustancia emparentada con las anfetaminas), en forma de polvo o pastillas normalmente rosas (aunque también puede verse en tonos blancos o ligeramente amarillentos), de efectos psicodélicos que los usuarios normalmente describen como a medio camino entre el MDMA y el LSD; es decir, provoca alucinaciones, cierto grado de estimulación física, buen humor y una sensación aumentada de "conexión o empatía con los demás". En el plano físico, sus efectos secundarios también son parecidos a los del MDMA (pupilas dilatadas, aumento de la temperatura corporal, sudoración y tensión en la mandíbula) y, como ocurre con los alucinógenos, puede provocar ansiedad y pánico si el estado mental del consumidor no es el adecuado o si el entorno es estresante.

El 2-CB se consume por vía oral o nasal.

Las dosis varían ampliamente según los efectos deseados. En particular, la web de información sobre sustancias erowid.org las sitúa entre 2 y 5 miligramos para sentir los efectos ("dosis umbral") y 50 mg para una dosis fuerte. Sus efectos pueden tardar una o dos horas en sentirse, y posteriormente duran entre 4 y 8 horas, por lo que pueden transcurrir hasta 10 horas entre la ingesta y el cese completo de los efectos.

Sus riesgos son prácticamente desconocidos. Debido al estatus legal de la sustancia y a su comparativamente baja popularidad, no se han realizado apenas estudios sobre su potencial toxicidad, ni a corto ni a largo plazo, aunque Energy Control refiere casos de dosificaciones de hasta 100 mg que no presentaron complicaciones. De hecho, no existe literatura médica sobre ninguna muerte por sobredosis de esta sustancia, lo que por otro lado, dada la situación legal, no significa que esté exenta de riesgo.

Por otro lado, la misma página desaconseja esnifar esta sustancia, ya que aunque no se han conocido casos de complicaciones por consumirla por esta vía, sí se han documentado en el caso de otras feniletaminas.

Además, se ha reportado que el consumo continuado produce un aumento en la tolerancia a la sustancia, lo que significa que el usuario necesita cada vez cantidades mayores de sustancia para experimentar los mismos efectos.

Alexander Shulgin, químico y 'psiconauta'

Alexander Shulgin (1925-2014) era un químico y farmacéutico estadounidense de ascendencia rusa, conocido por sus trabajos en el área de la psicofarmacología y por su activismo político a favor del uso responsable de las sustancias psicotrópicas.

Precisamente, desde los años 70, Shulgin sintetizó para la agencia estadounidense encargada de la guerra contra la droga, la DEA, varios cientos de sustancias que probaba personalmente para posteriormente documentar la experiencia. Muchas de estas sustancias se utilizan hoy en día no como drogas recreativas, sino para investigar el comportamiento de los neurotransmisores y neuroreceptores en el cerebro humano. Además, Shulgin es el autor del método moderno de síntesis del MDMA, si bien no es el descubridor de esta sustancia (el MDMA fue descubierto en 1912 por Anton Köllisch), y es el principal responsable de su popularización.

Sus trabajos para la DEA se truncaron en la década de los 90, cuando publicó dos libros (PiHKAL y TiHKAL) en los que detallaba sus experiencias con un buen número de enteógenos (sustancias psicodélicas) e incluso daba instrucciones para su síntesis. El contenido molestó a la Agencia, que canceló su colaboración, registró sus laboratorios y le impuso cuantiosas sanciones económicas.

Posteriormente, Shulgin continuaría abogando por el uso responsable en entornos lúdicos y especialmente por la investigación farmacológica con estas sustancias hasta su muerte, dejando tras de sí un legado tan criticado como venerado, tanto en la dimensión política de las sustancias que estudiaba como en la puramente científica.

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