Existen muchas formas de potenciar el valor de una marca y fidelizar a quienes la conocen, pero los regalos son, sin duda alguna, una de las técnicas más exitosas y recurrentes, pues pocas personas rechazan algo que se ofrece de manera gratuita. Los regalos de empresa o ‘merchandising’ no solo generan buena imagen para un negocio, sino que facilitan que este sea más conocido.

No obstante, no se trata de alg otan sencillo como elegir un producto y empezar a regalarlo. Acertar con el objeto que potenciará tu marca requiere de un proceso. Antes de escoger este tipo de reclamos publicitarios y hacer que formen parte de la experiencia de usuario que aporta tu empresa -estampando el logo de la marca sobre él- hay que estar seguros de que concuerda con los objetivos o la misión de la empresa. No tiene mucho sentido, por ejemplo, que una empresa de servicios virtuales ofrezca bolsas reutilizables para hacer la compra, pues sus productos no son físicos.

También conviene estudiar el perfil del potencial cliente al que se dirige el producto: si se trata de una oficina y el obsequio es para los mismos empleados de la compañía, por ejemplo, material de oficina, como bolis, carpetas o cuadernos, siempre será bien recibido y ayudará a dar buena imagen de cara al exterior. Si el obsequio es para clientes potenciales, habrá que tener en cuenta cuál es el ‘target’. Si la empresa vende cereales infantiles se puede obsequiar con una pequeña caja de pinturas o una taza con motivos divertidos.

Cómo no, la originalidad también es muy valorada, apostando a la vez por productos que sean útiles. Aunque bolígrafos, memorias USB y bolsas de tela son los regalos más habituales (y de éxito asegurado), innovar con otros que sean útiles y estén menos vistos es positivo para la marca: productos como ‘powerbanks’ o baterías portátiles, neceseres con recipientes de líquidos aptos para viajar en avión o incluso abanicos, seguro que son valorados y conservados por quien los recibe.