Un equipo de geólogos y paleontólogos ha descubierto varias huellas de dinosaurio en una roca que están tan bien conservadas y definidas que se puede apreciar cómo era la piel del reptil.

Han sido halladas cerca de la ciudad surcoreana de Jinju y son un total de cinco huellas, cuatro de ellas pertenecientes a un mismo animal bípedo que corrió por el barro húmedo decenas de millones de años, tal y como han contado los descubridores de la Universidad de Colorado en Denver (Estados Unidos) en un artículo para la revista científica Scientific Reports.

Estos expertos han deducido que el rastro pertenece a un dinosaurio al que han llamado Minisauripus y que sería el terópodo más pequeño conocido hasta ahora. Son la primera prueba de su existencia encontrada, "unas impresiones de piel perfectas que cubren toda la superficie de cada una de las huellas", detalló Martin Lockley, profesor de la universidad.

"Las huellas se formaron en una capa muy sutil de barro fino", contó el científico estadounidense, que lo comparó con "una capa de pintura fresca de solo un milímetro de espesor". Explicó que, cuando el pequeño dinosaurio, de tamaño similar al de un mirlo, pisó aquella superficie firme y pegajosa, la textura de la piel de su planta del pie se quedó grabada ahí con todo detalle.

El hallazgo fue descubierto durante unas excavaciones por el científico coreano Kyung Soo Kim, que vio la primera huella en una losa rota de roca.

En el artículo publicado por los investigadores se detalla que las dimensiones del conjunto de huellas son de 2,38 por 1,93 centímetros. Las pisadas están muy distanciadas unas de otras lo que ha permitido a los investigadores calcular la longitud de la zancada del Minisauripus, 39,6 centímetros.

Solo el 1% de las huellas de dinosaurios descubiertas hasta ahora conservan rasgos de la piel, y normalmente no están tan definidas como las encontradas por Jinju, donde se puede apreciar perfectamente el patrón de la piel del dinosaurio.

Este reptil vivió durante el Cretácico, hace 145 millones de años, suficiente tiempo para que el descubrimiento de sus huellas -incluida la textura de su piel- sea todo un acontecimiento.