Buscar tesoros, encontrar lugares ocultos y descifrar enigmas, por la ciudad y en bicicleta. El botellón no es la única opción para los jóvenes gijoneses durante el
fin de semana: ya hay
decenas de aficionados que cambian el
calimocho por el pedaleo.Practican juntos el alleycat, una especie de gincana sobre dos ruedas.
Cada ciclista tiene que recorrer un circuito urbano y superar varias pruebas. El que menos fallos tenga gana.
«Cada edición tiene una temática distinta: la noche de Reyes o San Valentín han sido los dos últimos», comenta Federico, bicimensajero de
profesión y creador de la página web donde organizan las ‘quedadas' (www.
alleycatgijon.blogspot.com). Según dice, «por ahora somos entre diez y quince, pero está claro que cuantos más
seamos, más divertido será», dice.
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