Así obtienen los médicos forenses información acerca de un cadáver

  • Un profesional explica su trabajo, desde la escena a la autopsia.
  • Un levantamiento es irrepetible y hay que coger mucha información.
  • La data de la muerte se fija atendiendo a los fenómenos cadavéricos.
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Una mesa de autopsias en las que trabajan los médicos forenses.
Una mesa de autopsias en las que trabajan los médicos forenses.
Una mesa de autopsias en las que trabajan los médicos forenses.

¿Cómo averiguan los médicos forenses tantas cosas acerca de un cadáver? Para conocerlo uno de estos profesionales nos detalla cómo es su trabajo, que parte en el lugar en el que se halla el cuerpo, donde se realizan exploraciones que se prolongan en la sala de autopsias. "En un levantamiento es importante recabar toda la información posible, porque es irrepetible. Siempre se parte de lo peor, un homicidio, y se van descartando posibilidades". En el caso de Mari Luz, encontrada en la ría, "no hay escenario, porque no es allí donde murió y el agua borra huellas y muchos datos".

Primero se explora el cuerpo al objeto de ver si presenta lesiones que hayan podido causarle la muerte y se tratan de relacionar con el entorno, que puede ser abierto o cerrado y estar ordenado o no. Además se atiende a los fenómenos cadavéricos, que se producen debido al cese de las actividades vitales, pues "todos tienen una secuencia temporal y en eso se ve más o menos la hora de la muerte". No obstante, las variables presentes en el entorno pueden acelerar o ralentizar estos procesos. Uno de estos fenómenos son las livideces cadavéricas, que se refiere a cómo el cúmulo de sangre se somete al flujo de la gravedad, lo que permite "ver si el cuerpo ha sido movido".

Además se observa la rigidez cadavérica, que endurece la musculatura. "Comienza en la mandíbula a las 2 horas y es total a las 12. A las 24 horas es máxima y a las 36 desaparece". Otros signos son los de deshidratación, más rauda con un clima cálido. Es apreciable tras una hora de la muerte en los ojos si están abiertos y cerrados a las 24, con la aparición de la pelilla albuminosa. Lo mismo ocurre con la temperatura corporal, que se pierde más rápido con la humedad y ventilación por los fenómenos de conducción y convección. "Se parte de 36 grados, salvo que tenga fiebre, y se pierde hasta igualarse con el medio ambiente".

La data del fallecimiento también se fija en atención a los signos de putrefacción, que "comienzan tras 36 horas con la mancha verde", producida por las bacterias del aparato digestivo al extenderse por el cuerpo. En este punto, hay que hablar de la fauna cadavérica, que se refiere a todos los insectos que atraídos por los efluvios del proceso de putrefacción acuden a alimentarse y que "ofrecen información del tiempo que llevan en el cuerpo, pues tienen un ciclo claro, como la mosca verde y la azul, las primeras en acercarse. Se comprueba si hay larvas, pupas o moscas adultas". Además al comer toman las sustancias absorbidas por el cuerpo y eso aporta información del entorno, como por ejemplo sustancias de la zona industrial de la ría onubense.

Lo que está claro es que "en un sitio húmedo como la ría es fácil pensar que la fauna haya acudido de un modo más precipitado". Además es importante porque hay muchos ecosistemas muy particulares, que siendo identificados pueden concretar su origen y localización. Además, en hallazgos acuáticos se recogen muestras de diatomeas, algas microscópicas que también aportan información. Otras muestras que se toman son las de huellas dactilares y ADN para la identificación. "Se aconseja recogerla de la pulpa dentaria de los molares, donde se conserva mejor, y se compara con un familiar".Una vez en la

sala de autopsias se analizan con detalle las lesiones del cadáver y se calibra su intensidad en función de si tienen reflejo en órganos internos. Si es así, el golpe pudo ser mortal, aunque hay que determinar si se produjo en vida o después. Para ello se atiende a varios signos como la
inflamación, coagulación o infiltración de sangre en los tejidos, ya que "un cuerpo muerto no reacciona". Esto también se comprueba con el microscopio, que aporta "datos concluyentes, pues pueden encontrarse tanto células como sustancias químicas implicadas en el proceso inflamatorio".

También se mira con detenimiento si hay agua en los pulmones por si ha habido ahogamiento y se hacen análisis toxicológicos, ya que el consumo de una sustancia puede explica el fallecimiento o contribuir a que la víctima perdiera facultades antes de ser asesinada o raptada. Con los datos resultantes de todas las investigaciones y análisis se van entrelazando supuestos que pueden dar con una acertada reconstrucción de los últimos momentos de la vida de una persona.

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