El Salvador devolvió todo el esplendor a un Domingo de Ramos pleno

Programa de mano, radio con cascos, zapatos nuevos, el bocata y una chaqueta para el fresco de la noche.

Los sevillanos estrenaron ayer una nueva Semana Grande, que es la más temprana desde 1913.

Emoción concentrada, aplausos y gritos de alegría cuando las puertas del Salvador se abrieron a las tres de la tarde anunciando un Domingo de Ramos pletórico al que la reapertura de la Colegiata devolvió todo su esplendor.

Tras cinco años, los cofrades disfrutaron de esa imagen de los pequeños nazarenos blancos bajando su rampa.

El sol lucía con fuerza en El Porvenir cuando salía a la calle La Paz

El sol lucía con fuerza en El Porvenir cuando salía a la calle La Paz, abriendo la jornada. Y al entrar en Carrera Oficial los capirotes de La Borriquita, los primeros nazarenos de los 60.000 total que harán estación de penitencia.

En la calle se palpaban las ganas de disfrutar de un día tan bueno, por lo que ya a primera hora de la tarde se concentraba en La Campana numeroso público, que regaló los primeros aplausos a Jesús Despojado. En San Roque, el azahar que estrenaba la Virgen de Gracia y Esperanza inundó la calle.

Y en Triana, una sobrecogedora llamada al martillo: levantá del Cristo de La Estrella dedicada a la familia de Mari Luz.

Emoción también en San Julián, con las saetas a la salida de La Hiniesta; y en Los Terceros, con La Cena y las delicadas voces del coro infantil en su segundo paso.

La Amargura y El Amor cerraron con su sobriedad un Domingo tan multitudinario que se suspendió el servicio de Metrocentro unas horas, ante la afluencia de público.

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